«Si una inteligencia extraterrestre quisiera saber cuál es el nivel cultural del ser humano, se preguntaría si hemos descubierto la evolución por selección natural», dijo ayer José María Mato en el I Seminario de Comunicación Científica organizado por la Fundación Biofísica Bizkaia en Bilbao. Con esta frase, el director del CIC bioGUNE destacó la trascendencia del hallazgo de Charles Darwin y Alfred Russell Wallace, quienes demostraron hace 150 años que no somos la especie elegida de ningún poder sobrenatural, sino consecuencia de miles de millones de años de evolución.
Vuelva a leer la frase de Mato, imagínese que llegamos a otro mundo y nos encontramos con una especie inteligente que no ha descubierto la Teoría de la Evolución: ¿no la consideraríamos atrasada? Como me decía hace unos meses el biólogo Francisco J. Ayala, «Darwin completó la Revolución Científica. La ciencia, en el sentido moderno, nace en los siglos XVI y XVII con Copérnico, Galileo y Newton, que explicaron los fenómenos naturales por medio de leyes naturales que tienen validez en todas partes y que descartan las explicaciones sobrenaturales. Pero dejaron fuera la diversidad de los organismos y su pretendido diseño. Darwin completa esa revolución y, a partir de él, todos los fenómenos naturales quedan dentro de la ciencia, de las explicaciones científicas».
Nota publicada en Magonia el 19 de noviembre de 2009.