En Occidente parte de la izquierda ha dado la espalda a la ciencia y la razón para abrazar la mística de la Nueva Era, la anticiencia, la superstición y las teorías conspiranoicas. Si en España la derecha meapilas condecora vírgenes y encomienda a ellas el futuro del empleo, la izquierda esotérica se opone con el mismo fundamento a los transgénicos, las ondas de telefonía y las vacunas, y aboga la mal llamada medicina alternativa y lo denominado natural. Es esta progresía antiilustrada la protagonista de La izquierda feng-shui, libro en el que el periodista científico Mauricio-José Schwarz examina la deriva sufrida por cierto sector de la izquierda desde la Revolución Francesa. Para él, una izquierda racional no sólo es posible, sino también necesaria.
Viejo conocido de los lectores de Territorios -firma en ese suplemento de El Correo una página de ciencia semanal desde marzo de 2006-, Schwarz es muy activo en internet, donde tiene varios blogs y un canal en YouTube, y en las redes sociales. Fue precisamente en Twitter donde en 2010 acuñó el término izquierda feng-shui para referirse «a la izquierda que renuncia, cuando le conviene, a la idea de que el universo es material y naturalista, y adopta en cambio la visión new age de un universo que la ciencia es incapaz de explicar, para defender a la población contra amenazas fantasiosas, negando hechos y apuntándose a todo lo que parezca lucha social sin cuestionarla», según sus propias palabras. Luego llegaron el 15-M -con la biodanza, el reiki y las protestas contra los chemtrails– y las peregrinaciones de líderes de la nueva izquierda hasta un monasterio para cambiar impresiones con una monja antivacunas que los cautivó.
Schwarz nos guía en un paseo por la Historia del pensamiento mágico y la izquierda con paradas destacadas en personajes sin los que sería imposible entender la actual locura mística, como Madame Blavatsky, fundadora de la teosofía, y Rudolf Steiner, padre de la antroposofía, una variante de la anterior. El ocultismo antroposófico está hoy detrás de una de las entidades líderes de la denominada banca ética, del sistema educativo al que confían sus hijos algunas estrellas de Hollywood -un colectivo en el que triunfa cualquier chifladura- y de la agricultura biodinámica, que se rige por la astrología y ha seducido a snobs y enemigos de lo químico, como si hubiera algo más en el universo que química.
Antitransgénicos, antiondas, defensores de la homeopatía, relativistas culturales, quimiofóbicos, indigenistas, antivacunas, conspiranoicos… Todos encuentran su hueco en este libro y en una izquierda feng-shui siempre dispuesta a dar cobertura a cualquier tontería mientras haya suficiente gente que salga a la calle a defenderla, aunque sea con gorritos de papel de aluminio. Ahora, cuando más humanos vivimos más y mejor que nunca, algunos se empeñan en que retrocedamos a épocas en las que, según ellos, estábamos en armonía con la naturaleza. Esos tiempos nunca existieron. La izquierda feng-shui siembra además en los ciudadanos -recuerda Schwarz con ejemplos- la desconfianza ante la ciencia gracias a la que conocemos cómo es el mundo y nuestra esperanza de vida es bastante mayor que la del buen salvaje de la Amazonía que vive en sintonía con la naturaleza.
Mauricio-José Schwarz [2017]: La izquierda feng-shui. Cuando la ciencia y la razón dejaron de ser progres. Prologado por J. M. Mulet. Ariel. Barcelona. 390 páginas.
Recención publicada en Magonia el 28 de junio de 2017.