Berdeago, una feria ecológica que se celebra en Durango (Vizcaya), llega a su quinta edición plagada de charlatanería. No sé como habrá sido otros años, pero éste la muestra verde apuesta por la radiestesia -el zahorismo de toda la vida-, la holosíntesis, la geometría sagrada, las terapias alternativas y otras paparruchas, según me ha alertado el escéptico Alejandro campos y pueden comprobar en su programa. «Teníamos bastante demanda del sector vinculado al consumo ecológico y a las terapias alternativas, y también hemos querido hacerles un hueco», explicaba hace unos días Juan Zubiaurre, uno de los promotores de la muestra, en Durangon.
En el programa de Berdeago -que se celebra este fin de semana y el próximo- se mezclan la eficiencia energética, el coche eléctrico y la gestión de residuos con el uso de la radiestesia para tener una casa sana, la geometría sagrada, las imágenes que activan la salud, la amenaza de la cosmética y la histeria electromagnética. Todo esto, patrocinado por el Ayuntamiento de Durango y el Gobierno vasco, y copn el apoyo de la Diputación de Vizcaya y Euskotren; es decir, financiado con dinero público
Que el denominado movimiento ecologista tiene querencia por la anticiencia es algo público y notorio. No hay feria natural que se precie de tal sin tonterías como las citadas y otras por el estilo. Es algo que parece que no tiene remedio. Lo que sí lo tiene es que las instituciones apoyen con dinero de todos estas celebraciones de la irracionalidad. Como contribuyente, estoy harto de que la Diputación de Vizcaya y el Gobierno vasco destinen mi dinero, aunque sea en un mínima parte, a la promoción de la estupidez. Si ustedes también lo están, les animo a que se lo hagan saber a esas instituciones. Están en su derecho.
Información publicada en Magonia el 3 de febrero de 2017.