Está visto que los llamados canales de ciencia son en todo el mundo la misma basura de conspiraciones, extraterrestres y cosas por el estilo. Lo ha demostrado Science Channel en Estados Unidos con la promoción de la tercera temporada de NASA’s unexplained files (Los archivos inexplicados de la NASA), una serie de claros tintes conspiranoicos. Han elegido como cebo el Apollo 10 y los extraños sonidos que sus tres tripulantes escucharon cuando el 22 de mayo de 1969 sobrevolaban la cara oculta de la Luna; es decir, cuando estaban aislados de la Tierra hasta por radio. Y han alimentado la idea de que era música de origen extraterrestre con la inestimable ayuda de otro astronauta, Al Worden, del Apollo 15.
La del Apollo 10 fue la última misión preparatoria de los alunizajes. Comandada por Tom Stafford, John Young era el piloto del módulo de mando Charlie Brown y Eugene Cernan, el que luego sería el último hombre que caminó por la Luna, estaba a los mandos del módulo lunar Snoopy. El 22 de mayo de 1969 ensayaban las maniobras que tenían que hacer las dos naves en las futuras misiones cuando un extraño sonido irrumpió en los auriculares de los tres. «Esa música suena como del espacio exterior, ¿no? ¿Oís eso? ¿Ese silbido?», preguntó Cernan a sus compañeros. Los otros dos astronautas también escuchaban el ruido, que les acompañó durante más de una hora.
«Suena, digamos, como música del espacio exterior», reiteró Cernan tras confirmar que lo oían los tres. «Vamos a tener que averiguar qué es eso. Nadie nos va a creer», admitió Young, quien aventuró que «probablemente» el sonido tenía su origen en interferencias de las emisiones de radio entre el módulo lunar y el de mando. «Sí. No creo que haya alguien ahí fuera», le respondió Cernan. Worden no comparte la opinión de sus colegas. «Si estás detrás de la Luna, escuchas un ruido raro en la radio y sabes que las señales de la Tierra están bloquedas, ¿qué puedes pensar?», ha declarado a The Huffington Post.
Si embargo, el origen radiofónico de la música misteriosa es lo que sostienen los técnicos de la NASA desde que Stafford, Young y Cernan informaron de lo que les había pasado, y avisaron de ello a los tripulantes de las misiones posteriores, como destacaba en 1974 Michael Collins, en su libro Carrying the fire (Llevando el fuego), al recordar lo que vivió durante la misión del Apollo 11 en julio de 1969:
Hay un ruido extraño en mis auriculares ahora. De no haber sido advertido de ello, me habría aterrorizado. Lo escuchó por primera vez la tripulación del Apollo 10 de Stafford durante su ensayo de reencuentro [del módulo lunar y el de mando] alrededor de Luna. Solos en la cara oculta, se sorprendieron al escuchar un ruido que John Young en el módulo de mando y Stafford en el lunar negaron que hicieran ellos. Lo mencionaron con cautela en sus sesiones informativas [posteriores a la misión], pero afortunadamente los técnicos de radio (en lugar de los aficionados a los ovnis) tenían una explicación para ello: eran interferencias entre las radios VHF del módulo de mando y el lunar. Lo oímos ayer cuando conectamos nuestras radios VHF después de la separación de los dos vehículos, y Neil dijo que «suena como el viento soplando entre árboles». Se detuvo tan pronto como el módulo lunar tocó el suelo y ha vuelto a empezar hace poco tiempo. Un ruido extraño en un lugar extraño.
Science Channel asegura, además, que la conversación del Apollo 10 fue secreta hasta 2008 y que el audio era inaccesible hasta ahora. Sin embargo, la NASA indicó ayer en Twitter que la transcripción de las conversaciones es pública desde 1973 y que subió el audio a internet hace cuatro años.
La industria del periodismo de clic
«Estamos ante otro ejemplo de noticia inventada por una industria de los medios de Internet dedicada a generar visitas a las webs a través de titulares sensacionalistas para historias creadas a partir de versiones tergiversadas e incompletas que conectan con el ínterés del público y explotan los grandes logros del pasado», me ha dicho James Oberg, ingeniero de la NASA jubilado y con veintidós años de experiencia en el control de misiones. No se atreve a precisar cuánto hay en la política editorial de esos medios de incompetencia y afán de tergiversación, pero advierte de que, «como la experiencia nos ha demostrado que es un buen modelo de negocio para hacer dinero en Internet, podemos esperar más, y peores, noticias de este tipo en el futuro».
Oberg, un reputado historiador espacial, destaca cómo en este caso quienes han lanzado la historia han ocultado al público el «importante hecho de que los sonidos extraños de la música espacial -descritos así por las inquietantes bandas sonoras de las películas de ciencia ficción de los años 60- se oyeron durante el vuelo en formación del módulo de mando y el lunar del Apollo 10 cuando los astronautas hablaban por radio de una nave a otra. Los sonidos eran claramente una interferencia entre dos radios separadas por decenas de kilómetros y se volvieron a escuchar en la siguiente misión, el Apollo 11, como explica Michael Collins en su libro Carrying the fire«.
El exingeniero espacial no duda en calificar de «truco para asombrar al público» la afirmación de que la NASA ocultó los hechos y que no se han conocido hasta hace poco. «Es falso», sentencia, no sólo porque los extraños sonidos fueron objeto de discusiones abiertas entre los astronautas, sino también porque se analizó el episodio en profundidad en las reuniones informativas posteriores al vuelo, «como debía ser, siguiendo el principio básico de seguridad de examinar todas las anomalías registradas durante la misión por si se debieran a un mal funcionamiento del equipo que pudiera suponer un riesgo». Oberg recuerda que «los ingenieros de la NASA se referían humorísticamente a los sonidos [del Apollo 10] como las palomas lunares en un informe sobre cómo analizarlos, publicado en 1970. Algunos medios de la época hasta sugirieron que se trataba de extraterrestres siguiendo a los astronautas, un punto de vista que tiene hoy en Internet visos de epidemia».
Nota publicada en Magonia el 23 de febrero de 2016.