EE UU no ha volcado ahora en Internet sus documentos secretos sobre ovnis; están ahí desde hace años

El mayor Héctor Quintanilla, en el centro, con su equipo del Proyecto Libro Azul en los años 60. Foto: Fuerza Aérea de Estados Unidos.
El mayor Héctor Quintanilla, en el centro, con su equipo del Proyecto Libro Azul en los años 60. Foto: Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Muchos medios de comunicación españoles informan a sus lectores desde ayer de que Estados Unidos acaba de hacer públicos «los documentos y toda la información que posee sobre avistamientos de ovnis después de la Segunda Guerra Mundial». Hay algunos que atribuyen la iniciativa al Gabinete de Barack Obama, que habría levantado, por fin, el secreto sobre los informes del llamado Proyecto Libro Azul. «Estos documentos -explican, por ejemplo, en La Vanguardia– se encontraban en los Archivos Nacionales de Washington. Ahora, décadas después, el Ejecutivo ha decidido volcarlos en Internet para que todo el mundo pueda acceder a ellos.

Las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos han revelado que el Libro Azul incluye 12.618 informes, con 701 de los cuales que quedaron como no identificados». Los titulares son del estilo de: «Estados Unidos pone a disposición su documentación sobre avistamientos de ovnis», «EE UU publica en Internet documentación clasificada sobre avistamientos de ovnis», «Estados Unidos cuelga en Internet sus archivos sobre ovnis» y «EE UU difunde parte de su historia ovni». ¿Un notición? Para nada, a no ser que usted haya vivido en otro mundo desde finales de los años 70 del siglo pasado.

A raíz de los primeros avistamientos de platillos volantes, la Fuerza Aérea estadounidense se puso a investigar el tema ante el temor de que los misteriosos objetos que se veían en los cielos fueran armas soviéticas. Tras sucesivos proyectos -con nombres como Signo, Rencor y Libro Azul- y después de veintiún años de pesquisas oficiales, los militares dieron en 1969 carpetazo a la investigación sobre ovnis al concluir que ni eran producto de una tecnología avanzada ni suponían un peligro para la seguridad nacional. Desde finales de los años 70, la CIA y el FBI han hecho pública gran cantidad de información clasificada sobre el fenómeno de los platillos volantes, incluidos los archivos del Proyecto Libro Azul.

Parte de esa documentación llegó al gran público en obras como Proyecto Libro Azul (1976), de Brad Steiger, y Ovnis: el archivo de la CIA. Documentación y memorandos (1980) y Ovnis: el archivo de la CIA. Informes de avistamientos (1980), del ufólogo español Andreas Faber-Kaiser. Desde los comienzos de Internet, esas mismas agencias gubernamentales han ido colgando en la Red toda la documentación oficial sobre avistamientos de ovnis, material que se encontraba hasta ahora disperso por sitios oficiales y de aficionados, y podía consultarse íntegramente en forma de microfilme en los Archivos Nacionales de Washington. Así pues, no es cierto que haya salido a la luz algo hasta ahora oculto.

Tampoco lo es que el Gobierno estadounidense haya hecho en las últimas semanas o meses nada respecto a la documentación ovni. Ni el Ejecutivo de Obama, ni la Fuerza Aérea, ni la CIA, ni el FBI, ni ningún organismo oficial ha volcado nada nuevo en Internet desde hace tiempo. Lo que ha pasado es que un aficionado a los ovnis, John Greenewald, se ha tomado el trabajo de reunir todo el material sobre ovnis de los Archivos Nacionales en un sitio, The Black Vault, de modo que puedan hacerse búsquedas sobre esos documentos. «Estoy muy emocionado de anunciar que, después de meses de la recolección, programación y conversión, he completado una base de datos de 130.000 páginas, que reúne más de 10.000 casos, de los archivos del Proyecto Libro Azul (incluyendo, los proyectos Signo y Rencor). Aunque existen algunos sitios por ahí con algunos de estos archivos, muchos no están completos ni tienen los registros en un formato PDF para búsquedas. Este nuevo sitio lo tiene todo, es de fácil navegación y búsqueda, y gratis», explicaba hace unos días en esa página web. En una entrevista publicada el lunes en Open Minds, Greenewald dice que comenzó el proyecto hace casi 20 años, cuando era un adolescente.

Si a estas alturas se pregunta cómo es posible un patinazo periodístico así, bienvenido al club de los sorprendidos. Mi sospecha es que los medios españoles tienen una única fuente: la información publicada ayer por el Daily Mail, diario que la mayoría cita. Les hubiera bastado echar una ojeada a The Black Vault para comprobar que estamos ante una iniciativa privada, que se trata de una recopilación de material oficial sobre ovnis ya conocido -aunque no por eso el trabajo de Greenewald no sea digno de elogio- y que EE UU no acaba de poner ninguna documentación secreta en el escaparte.

Nota publicada en Magonia el 15 de enero de 2015.


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