
Medio centenar de destacados científicos y divulgadores ha suscrito un manifiesto en el que se pide a los periodistas que no se refieran a los negacionistas del cambio climático como escépticos. «El escepticismo promueve la investigación científica y crítica, y el uso de la razón en el examen de afirmaciones controvertidas y extraordinarias. Está en la base del método científico. El negacionismo, por otro lado, es el rechazo a priori de las ideas sin consideración objetiva», dicen David Morrison, director del Centro Carl Sagan para el Estudio de la Vida en el Universo en el Instituto SETI; Ann Druyan, productora y guionista de la serie Cosmos; Douglas Hofstadter, director del Centro para la Investigación sobre Conceptos y Cognición de la Universidad de Indiana; el astrónomo Seth Shostak; el mago James Randi; Edzard Ernst, profesor de medicina, y otros.
«Como miembros del Comité para la Investigación Escéptica (CSI), nos preocupa que las palabras escéptico y negacionista se identifiquen en los medios de comunicación», aseguran. Es habitual, sobre todo en Estados Unidos, que se presente a los negacionistas del calentamiento global como escépticos del cambio climático, cuando en realidad sus motivaciones para tomar esa postura son estrictamente ideológicas. «Como escépticos científicos, somos muy conscientes de los esfuerzos políticos para socavar la ciencia del clima por parte de aquéllos que niegan la realidad, pero que no se dedican a la investigación científica o que consideran las pruebas que indican que sus opiniones profundamente arraigadas están equivocados. La palabra más adecuada para describir el comportamiento de esas personas es la negación, indican.
Los firmantes advierten de que no es lo mismo calificar al senador James Inhofe de «destacado escéptico del cambio climático», como hizo The New York Times el 11 de noviembre, que hablar de él como «uno de los líderes de los negacionistas del cambio climático en el Congreso», como hizo ese mismo día Scott Horsley, periodista de la Radio Pública Nacional (NPR) estadounidense. «El auténtico escepticismo se resume en una cita popularizada por Carl Sagan: «Afirmaciones extraordinarias exigen pruebas extraordinarias». La creencia de Inhofe de que el calentamiento global es «el mayor engaño jamás perpetrado contra el pueblo estadounidense» es una afirmación extraordinaria. Él nunca ha sido capaz de proporcionar pruebas de esa supuesta vasta conspiración. Ya sólo eso debería descalificarle como escéptico«.
Los autores puntualizan que «no todas las personas que se llaman a sí mismas escépticas del cambio climático son negacionistas. Pero prácticamente todos los negacionistas se etiquetan falsamente como escépticos. Al usar este término de un modo equivocado, los periodistas han dado una credibilidad inmerecida a quienes rechazan la ciencia y la investigación científica». Ante esta situación, los miembros del CSI, la organización científica más importante dedicada al estudio de lo extraordinario y la promoción del pensamiento crítico, piden a los profesionales de la información que, «por favor, dejen de usar la palabra escéptico para describir a negacionistas«.
No sólo suscribo todas y cada una de las palabras de los firmantes, sino que añado: por favor, tampoco usen la palabra escéptico para referirse a los negadores de que el VIH causa el sida ni a los profetas del apocalipsis transgénico.
Nota publicada en Magonia el 12 de diciembre de 2014.