Dos congresistas demócratas presentaron el lunes en el Congreso de Estados Unidos una propuesta de ley para que los restos lunares de las misiones Apollo gocen de una protección especial. El borrador de la llamada Ley del Legado de los Alunizajes Apollo, impulsada por Donna F. Edwards y Eddie Bernice Johnson, considera «que el programa lunar Apollo fue uno de los mayores logros de la historia de Estados Unidos» y que, «como empresas comerciales y naciones extranjeros van a adquirir la capacidad de aterrizar en la Luna, es necesario proteger los sitios de los alunizajes para la posteridad» y la solución pasa por crear un parque nacional.
Como el Tratado del Espacio Exterior de 1967, que han suscrito más de cien países -incluidos EE UU y Rusia-, establece que «el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera», la nueva ley limita la denominación de Parque Histórico Nacional a los objetos dejados en la Luna por las seis misiones Apollo entre julio de 1969 y diciembre de 1972. «Esta ley catalogará los artefactos como Parque Histórico Nacional, haciendo valer incuestionablemente los derechos de propiedad (de EE UU) sobre los restos de los alunizajes Apollo«, según Donna F. Edwards. Esos derechos de propiedad, sin embargo, nunca han estado en cuestión.
El mismo acuerdo de 1967 establece, en su artículo octavo, que todo objeto humano en el espacio es siempre propiedad del país que lo lanzó o construyó fuera de la Tierra: «El Estado parte en el Tratado, en cuyo registro figura el objeto lanzado al espacio ultraterrestre, retendrá su jurisdicción y control sobre tal objeto, así como sobre todo el personal que vaya en él, mientras se encuentre en el espacio ultraterrestre o en un cuerpo celeste. El derecho de propiedad de los objetos lanzados al espacio ultraterrestre, incluso de los objetos que hayan descendido o se construyan en un cuerpo celeste, y de sus partes componentes, no sufrirá ninguna alteración mientras estén en el espacio ultraterrestre, incluso en un cuerpo celeste, ni en su retorno a la Tierra. Cuando esos objetos o esas partes componentes sean hallados fuera de los límites del Estado Parte en el Tratado en cuyo registro figuran, deberán ser devueltos a ese Estado parte, el que deberá proporcionar los datos de identificación que se le soliciten antes de efectuarse la restitución».
El borrador de la ley fija que, en el plazo de un año desde su aprobación, se creará el parque lunar bajo la gestión de la NASA y el Departamento de Interior, y se presentará ante la Unesco la candidatura del lugar del alunizaje del Apollo 11 a Patrimonio de la Humanidad. A pesar de que llevar a cabo una protección efectiva de los objetos de las misiones Apollo parece en la actualidad más que difícil, un portavoz de los demócratas ha asegurado a The Dallas Morning News que, de prosperar la iniciativa -que contaría con el visto bueno de la agencia espacial rusa-, los artefactos lunares disfrutarían de la misma protección que los de los parques nacionales y quienes lo dañaran serían objeto de castigos similares a quienes violan esa ley en territorio estadounidense. Edwards y Johnson recuerdan que su iniciativa legal sigue las recomendaciones hechas por la NASA para preservar los lugares de los alunizajes en un informe de 2011.
Nota publicada en Magonia el 2 de julio de 2013.