La explicación a los aparentemente extraordinarios resultados de un experimento sesgado no suele estar en el resumen inicial, ni en los primeros párrafos, si es que está en alguna parte del artículo de rigor. En el último estudio que los adeptos de la secta Meditación Trascendental (MT) han colado a una revista médica sobre los beneficiosos efectos de esa técnica de relajación para los enfermos de corazón, la clave está en el penúltimo párrafo.
«Este ensayo no aborda la cuestión de si otros tipos de meditación o intervenciones mente-cuerpo podrían tener efectos similares o distintos en pruebas clínicas. Mientras que los metaanálisis y los estudios comparativos sugieren un efecto distintivo del programa de MT, queda para futuros ensayos comparativos de efectividad evaluar las diversas aproximaciones a la reducción del estrés en las mismas condiciones experimentales», escriben Robert Schneider, de la Universidad Maharishi de Administración de Empresas (MUM), y sus colaboradores en el último número de Archives of Internal Medicine, una publicación de la Asociación Médica Estadounidense (AMA).
La revista retiró el artículo el lunes minutos antes de levantarse el embargo para examinar algunos datos estadísticos aportados por los autores y yo, que tenía preparada esta nota, decidí esperar después de recibir un mensaje de correo de mis colegas de la AMA cuando iba a pulsar el botón de publicar. Ahora, visto que otros medios han dado ya su opinión citando el material pendiente de publicación, les dejó aquí lo que escribí el lunes por la tarde tras la lectura de los artículos todavía no publicados y de las notas de prensa correspondientes.
El equipo de Schneider ha seguido durante nueve años la evolución de 201 enfermos de corazón negros con estrechamiento de arterias. La elección racial no es un capricho, sino que se basa en que ese colectivo tiene unos índices de enfermedades cardiovasculares mucho más alto que el resto de la población. A la mitad de los pacientes se instruyó en MT mientras que los otros hicieron las veces de grupo de control y recibieron de sus médicos los consejos normales sobre hábitos saludables. Al final del ensayo, las muertes, los ataques al corazón y los accidentes cerebrovasculares se redujeron en un 47% entre los participantes que, además de tomar la medicación prescrita, siguieron las enseñanzas de Maharishi Mahesh Yogi.
«El efecto es tan grande o mayor que el de los principales tratamientos farmacológicos para la enfermedad cardiovascular», ha dicho Schneider. Uno de sus colaboradores, el endocrinólogo Theodore Kotchen, de la Escuela de Medicina de Wisconsin y habituald e este tipo de estudios, ha puntualizado que la MT no es un sustituto del tratamiento convencional, sino un complemento. Los sujetos meditaban 20 minutos una o dos veces al día, mientras que a los sujetos del grupo de control se les pidió que dedicaran ese mismo tiempo a prácticas saludables.
«Estos datos son los efectos documentados más sólidos producidos por una intervención mente-cuerpo sobre una enfermedad cardiovascular. Demuestran que la reducción del estrés con la MT es una aproximación eficaz en la prevención de las patologías cardiacas», según Schneider. «Es un hallazgo seminal. La prevención de los ataques cardiacos y los accidentes cerebrovasculares y la prolongación de la esperanza de vida gracias a un tratamiento alternativo es algo muy raro, si es que hay precedentes. Si la Meditación Trascendental fuera un fármaco con todos esos beneficios, sería un éxito de mil millones de dólares», ha indicado Norman E. Rosenthal, psiquiatra y autor del libro Transcendence: healing and transformation through transcendental meditation (Trascendencia: sanación y transformación a través de la Meditación Trascendental). ¿Se tienen que poner todos lo enfermos cardiacos del mundo a seguir las enseñanzas del gurú de los Beatles y de David Lynch si quieren vivir más? No, no es necesario. Seguramente, basta con que se tomen la vida con un poco de tranquilidad.
Mantras en posición de loto
El fallo del estudio es evidente para cualquiera con dos dedos de frente: se comparan los efectos de un sistema mágico de relajación con los de no seguirlo, pero no con los de cualquier otro sistema de relajación. Los supuestos beneficios de la MT, ese estado alterado de conciencia que, según Maharishi Mahesh Yogi y sus adeptos, se consigue sentándose en posición de loto en un entorno acogedor y repitiendo un mantra, pueden alcanzarse sin darle dinero a esta secta. En contra de lo que sostienen los autores, los estudios imparciales han demostrado que la MT tiene los mismos efectos para el organismo que tumbarse en un sofá en un ambiente agradable. Lo que pasa es que la siesta no es una marca registrada, como MT. Y los supuestos efectos sociales beneficiosos que se atribuyen a la práctica de esta relajación en masa son simplemente mentira.
Los responsables de MT suelen decir que, en el verano de 1993, 5.000 miembros del grupo meditaron durante dos semanas en Washington y lograron que descendiera el crimen en la ciudad un 18%. La realidad fue que la criminalidad aumentó, aunque los defensores de MT dicen que se redujo un 18% respecto a las cifras que hubiera alcanzado sin meditadores. Como recuerda Robert L. Park en Ciencia y vudú (1999), cuando el director del estudio, un devoto de MT, presentó tal éxito en rueda de prensa, un periodista de The Washington Post puso el dedo en la llaga: «Pero ¿cómo puede saber cuál habría sido el índice en ese caso (en el que no hubiera habido meditadores)?».
Si en los próximos días ven por ahí un titular que dice «La Meditación Trascendental reduce el índice de muerte, ataque al corazón y accidente cerebrovascular a la mitad» -como dice la nota de prensa de la MUM-, envíenselo a Josu Mezo para que lo incluya en Malaprensa. Por cierto, en ese mismo comunicado de prensa se destaca que, según Mehmet C. Oz, profesor y vicepresidente de cirugía de la Universidad de Columbia y director del Instituto de Cardiología del Centro Médico Presbiteriano Columbia de Nueva York, los datos del estudio «no sólo son estadísticamente significativos, sino también clínicamente significativos. Esto refleja la capacidad de MT para reducir considerablemente la mortalidad en personas con enfermedades cardiacas». Lo que se han olvidado de indicar es que Oz es practicante de MT. Por cierto, los seguidores españoles de Maharishi Mahesh Yogi llevan tiempo intentando meter sus mágicas enseñanzas en centros escolares públicos y privados.
Nota publicada en Magonia el 2 de julio de 2011.