Todo empezó en verano con un tweet y un correo electrónico. Días después, quedamos a tomar un cerveza en una cafetería de Bilbao de las de toda la vida, como nosotros dos. Y allí sacó Jose A. Pérez, amo y señor de Mi Mesa Cojea y creador de Ciudad K, su ordenador para enseñarme su penúltima locura: era un proyecto de programa de televisión escéptico. Días antes, posiblemente después de ver el vídeo promocional de Bad Universe, la miniserie de Phil Plait para Discovery Channel, yo había lamentado en las redes sociales que en España no se hiciera una divulgación científica divertida, rigurosa y crítica con las supercherías, algo alejado tanto de la pedantería como de la explosión indiscriminada de todo tipo de cosas. Jose había captado el mensaje, había estado rumiando una idea y no sólo me la quería enseñar, sino que además quería que participara ella.
Respondí que sí sin pensármelo. Me bastaba con su entusiasmo y saber hacer. Y, para qué negarlo, estaba encantado en colaborar en algo así. Poco después, mi colaboración dio paso a algo más que mi experiencia en el campo de la crítica de supercherías, ya que Jose y la productora K2000 coincidían en que yo debía presentar el espacio. Me sorprendió, pero también dije que sí, porque los retos me van. Así que ahora andamos preparando la grabación del episodio piloto, que se emitirá a principios de 2011, y estoy haciéndome a la idea de que tengo que hablar mirando a una cámara, moverme con naturalidad ante ella, estudiar guiones e intentar cautivar a un público que va de los 7 u 8 años en adelante y se ha sentado ante el televisor para pasar el rato. Porque no queremos hacer un programa de ciencia y pensamiento crítico para quienes piensan como nosotros, sino sacar al escepticismo del armario, de los círculos cerrados en que se lleva moviendo en España desde hace casi 30 años.
«Nuestro objetivo es -en palabras de Jose- separar los hechos probados de los mitos y las falsedades interesadas, dando claves al espectador para aplicar el pensamiento crítico. Lo haremos con ironía y buen humor. Y lo haremos a pie de calle, como unos detectives de lo curioso en busca de la verdad demostrable». Escépticos, como se llama el programa, tendrá un ritmo trepidante. Iré de un lado para otro, hablaré con gente que crea en el fenómeno del que trate cada episodio y también con incrédulos y científicos de primera línea, y experimentaré algunas cosas -espero que no peligrosas- en mis carnes. Tenemos, les adelanto, un equipo técnico de primera, contamos con asesores científicos y colaboradores de lujo, y ante la cámara me ayudará en ocasiones una compañera que les presentaré otro día, que tampoco es cuestión de contarlo todo de buenas a primeras.
El episodio piloto estará dedicado a la conspiración lunar, durará 50 minutos y llegará a sus pantallas de televisión y ordenador en un mes. Si gusta, tenemos ya en mente un mínimo de otros trece capítulos. Ahora les dejo, que tengo que irme a estudiar el guión para que mi director y amigo no me eche más broncas de las necesarias cuando empecemos a rodar. Les esperamos en Escépticos, en ETB 2. Pronto, muy, muy pronto.
Nota publicada en Magonia el 1 de diciembre de 2010.