Los promotores de un nuevo parque de temático creacionista que se abrirá en Kentucky (Estados Unidos) podrían recibir en diez años 37,5 millones de dólares de las arcas públicas como incentivos para la promoción del turismo, según The Courier-Journal. El gobernador del Estado, el demócrata Steve Beshear, está entusiasmado con la idea, ya que cree que el Encuentro en el Arca, como se llamará el complejo, se convertirá en un foco de atracción del turismo familiar. El responsable político cuantifica en 900 los puestos de trabajo que se crearán, y la organización creacionismo Respuestas en el Génesis, que está detrás del proyecto, asegura que el parque recibirá 1,6 millones de visitantes en su primer año.
Kentucky cuenta desde mayo de 2007 con el Museo de la Creación, cuyo fundamento es que «la Biblia es la autoridad suprema en todas las materias» y que la historia del mundo y de la Humanidad son tal cual se cuentan en ese libro, y no se remontan más allá de 6.000 años. Si todo sale como han previsto los creacionistas, su segundo parque en Kentucky se abrirá en la primavera de 2014 y su principal atracción será un Arca de Noé a tamaño real; es decir, el que dice la Biblia. A la embarcación, de madera, se unirán una ciudad amurallada, espectáculos con animales y una réplica de la Torre de Babel, además de los imprescindibles bares y tiendas para que el público se deje la pasta. «El Encuentro en el Arca será una experiencia históricamente inmersiva para toda la familia centrada en la diversión mientras se aprende sobre la historia», tienen la desfachatez de asegurar sus promotores.
El coste calculado de la construcción de este nuevo disparate histórico será de 150 millones de dólares, cinco veces más que el Museo de la Creación. El gobernador Beshear calcula que el impacto de las instalaciones en la economía del Estado será de 250 millones anuales. La deriva de dinero público hacia un proyecto de esta naturaleza divide a los expertos, aunque no parece claro que pueda impedirse la financiación estatal invocando la separación constitucional entre Iglesia y Estado, ya que la ley de incentivos al turismo de Kentucky imposibilita tal discriminación.
Kentucky, el hazmerreír desenfrenado
The Courier-Journal ha criticado con dureza, y con razón, la postura del gobernador. Tras indicar que Beshear «necesita unas vacaciones» porque sólo desde la «fatiga extrema» puede entenderse su respaldo a este complejo creacionista, recuerdan que, aún cuando la concesión de ayudas estatales sea técnicamente legal, en el fondo estamos ante la promoción de un dogma religioso con dinero público. Recuerda el diario que Kentucky «ya sufre de un bajo nivel de educación científica» como para que, encima, las instituciones animen a «los jóvenes a considerar el creacionismo como científicamente válido. El creacionismo es una idea absurda según la cual la Tierra tiene menos de 6.000 años. Ningún científico serio comparte ese punto de vista, y los análisis de los minerales de la Tierra y de los meteoritos coinciden en una edad para el planeta de aproximadamente 4.500 millones de años. además, el creacionismo enseña que la Tierra (incluidos los humanos) fue creada en seis días, rechazando así la ciencia bien establecida de la evolución».
Como bien siguen diciendo en The Courier-Journal, «si la Administración de Beshear está convencida de que Kentucky debe sacar provecho de sus estereotipos – y quiere competir con Indiana por acoger este parque temático-, ¿por qué pararse con el creacionismo? ¿Qué tal un museo de la Tierra plana? ¿O uno dedicado a la idea de que el Sol gira alrededor de la Tierra? ¿Por qué no un museo para celebrar la historia y los efectos de las metanfetaminas y el Oxycontin? Sin lugar a dudas, puede encontrarse un emplazamiento para un Museo de la Obesidad (con bar). Y, mientras estamos en ello, rehagamos el lema del Estado. Probemos: Kentucky, el hazmerreír desenfrenado».
No sé si puede decirse más claro; pero sí que los responsables del periódico de Louisville merecen un aplauso por su defensa de la racionalidad frente a la idiocia del gobernador -de cuya estupidez me ha alertado el periodista Javier Cavanilles-, de su equipo y de los creacionistas en general.
Nota publicada en Magonia el 8 de diciembre de 2010.