La campeona olímpica Dominique Dawes pone a prueba la Power Balance, y la pulsera mágica falla

La campeona olímpica Dominique Dawes habla con Jim Underdown, el responsable de la prueba a ciegas de la efectividad de la pulsera Power Balance. Foto: Sgerbic.
La campeona olímpica Dominique Dawes habla con Jim Underdown, el responsable de la prueba a ciegas de la efectividad de la pulsera Power Balance. Foto: Sgerbic.

Dominique Dawes, campeona olímpica estadounidense de gimnasia artística en Atlanta y medallista en Barcelona y Sydney, puso el pasado fin de semana a prueba la Power Balance, y la pulsera mágica falló. La deportista cuenta la experiencia en Yahoo! News en un artículo titulado «Do Power Balance wristbands work?» (¿Funcionan las pulseras Power Balance?).

«Cuando me entrenaba para participar en tres Juegos Olímpicos, estaba siempre buscando una ventaja añadida, algo que pudiera ayudar a aumentar mi resistencia, fuerza, flexibilidad e, incluso, equilibrio. Éstas son las claves del éxito para cualquier atleta, sobre todo un gimnasta olímpico. Recuerdo lo extenuante que podía ser el entrenamiento», explica Dawes. Y admite que, cuando oyó hablar de que la Power Balance propiciaba mejoras en la fuerza, el rendimiento y el equilibrio, no se lo creyó. «Salió el escéptico que hay en mí. El hecho es que todos los atletas sabemos que nada puede sustituir el viejo buen trabajo duro: practicar, practicar y practicar». Así que, ante la publicidad en la que profesionales del atletismo aseguran obtener mejores resultados gracias a la pulsera con holograma, decidió someterla a prueba.

El experimento tuvo lugar en la sede del Centro para la Investigación (CfI) de Los Ángeles, donde Dawes y otros quince voluntarios se sometieron a una serie de pruebas de equilibrio, fuerza, agilidad y resistencia, bajo la dirección de Jim Underdown, director de esa delegación del CfI. Usaron cuatro pulseras, una Power balance y tres simulacros. Ni los participantes ni quienes tomaron las medidas supieron hasta después del experimento quién llevaba una auténtica Power Balance y quién no. Al final, los resultados no revelaron ninguna diferencia entre quienes hicieron las pruebas con la famosa pulsera o con el simulacro sin holograma, una confirmación más del timo de la Power Balance, pulseras de las cuales, en los últimos dieciocho meses, se han vendido más de 2,5 millones de unidades en el mundo a 30 dólares cada una y cuyo éxito se basa en el analfabetismo científico del ciudadano medio.

El CfI de Los Ángeles ha colgado ya un vídeo y los resultados provisonales de la prueba en su web y pronto ofrecerá más información de esta nueva demostración del fraude de las pulseras holográficas que ha usado hasta hace poco Leire Pajín, la ministra de Sanidad, y se han visto en las muñecas de Patxi López y Esperanza Aguirre, entre otros líderes políticos.

Nota publicada en Magonia el 4 de noviembre de 2010.


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