
Hay en España un programa de televisión que desde hace más de diez años funciona como un gigantesco aspersor de desinformación. Lo emite un canal generalista cuya matriz es la reina de lo que se ha dado en llamar telebasura. El espacio lo dirige y presenta un periodista que ya antes de saltar a la pequeña pantalla había demostrado un rigor equiparable al de Andrew Wakefield y Charles Berlitz, inventores de la falsa relación entre las vacunas y el autismo y del misterio del triángulo de las Bermudas, respectivamente. Sin embargo, además de los charlatanes, chiflados y periodistas dispuestos a cualquier cosa por un puñado de euros, nuestro protagonista ha conseguido que algunos científicos y escépticos acudan de vez en cuando a su llamada, algo con lo que esos defensores de la ciencia y la razón están, desde mi punto de vista, alimentando al monstruo.
Comienzo del artículo publicado en «¡Paparruchas!», en la web del Comité para la Investigación Escéptica (CSI), el 18 de octubre de 2010.