El síndrome de la evolución, el nazismo de Richard Dawkins y otras estupideces de la ‘Conservapedia’

Logo de la 'Conservapedia', la 'Wikipedia' alternativa de la ultraderecha cristiana estadounidense.
Logo de la ‘Conservapedia’, la ‘Wikipedia’ alternativa de la ultraderecha cristiana estadounidense.

No sabía de la existencia de la Conservapedia, la Wikipedia alternativa de la ultraderecha cristiana estadounidense, hasta el sábado, cuando el biólogo Juan Ignacio Pérez y el filósofo de la ciencia Eduardo Robredo Zugasti coincidieron en Twitter en hacer sendos comentarios con enlaces a ese sitio. Desde entonces, he navegado ocasionalmente por esa web y encontrado auténticas perlas del pensamiento anticientífico, de las que les voy a exponer algunas seguidamente.

La entrada sobre el denominado síndrome de la evolución es, según los autores, una de las más visitadas.

El síndrome de la evolución -dicen- es la tendencia de algunas personas a insistir compulsivamente en que la evolución humana a partir de animales de alguna manera debe ser verdad, y pasar casi todo su tiempo impulsando esa creencia entre los demás. Se refleja en Internet en personas que dedican más del 90% de sus publicaciones a promover su creencia en la evolución e insistir en la censura o demonización de puntos de vista alternativos. Están especialmente en contra de la enseñanza de las teorías alternativas a los niños en la escuela». Y añaden, por si a usted todavía le cabe alguna duda de lo malvados que son los partidarios de esa teoría científica, que «las víctimas del síndrome de la evolución tienden a ser estudiantes universitarios o graduados que quieren sobresalir en matemáticas o física, pero carecen de la capacidad o la ética de trabajo para hacerlo. Se sienten frustrados «aspirantes a» respecto a su reconocimiento académico. Pero se encuentran con que los liberales alaban su inteligencia si promueven la evolución.

Los conservapedistas son partidarios de la llamada ciencia de la creación, «la ciencia que tiene por objeto demostrar que la creación sobrenatural del universo material por Dios es coherente y compatible con la evidencia científica disponible», consideran la teoría de la relatividad una falsedad promovida por los liberales, sostienen que existe una cosa que se llama presciencia científica bíblica, «el contenido de la Biblia que muestra un conocimiento científico más allá del que existía entre los ateos en el momento en que la Biblia fue escrita», y que el hombre convivió con los dinosaurios. El ateísmo es la fuente de todo mal y, entre sus demonios de carne y hueso, destacan Richard Dawkins, Christopher Hitchens y P.Z. Myers, que cuentan con sus respectivas entradas insultantes.

Darwin, racista

Richard Dawkins, en la Conferencia de Ateos Estadounidenses de 2008. Foto: Mike Cornwell.
Richard Dawkins, en la Conferencia de Ateos Estadounidenses de 2008. Foto: Mike Cornwell.

Del primero, por ejemplo, recuerdan que, al ser preguntado en una entrevista acerca de cómo distinguir el bien y el mal sin referentes morales sobrenaturales, respondió: «¿Qué nos impide decir que Hitler no estaba en lo cierto? Quiero decir, ésa es una pregunta realmente difícil, pero lo que [define] la moralidad no es la Biblia. Si lo fuera, estaríamos apedreando a gente por violar el Sabat». Presentan esa cita como si Dawkins fuera una defensor del nazismo, cuando lo que plantea es que nuestro juicio moral sobre las acciones de cualquiera -incluido Hitler- no puede basarse en lo que diga un libro sagrado, y sentencian: «Cerca de 12 millones de personas murieron en el Holocausto debido a las políticas brutales nazis, ¿y Richard Dawkins considera que es difícil responder a la pregunta de si lo que Hitler hizo estaba mal o bien?». En ese mismo artículo, acusan a Charles Darwin de ser «un racista y un supremacista blanco» sacando, ¡cómo no!, una cita de contexto, porque el naturalista inglés era abolicionista y creía que todos los seres humanos vienen de serie equipados con las mismas capacidades mentales. Menos mal que no existe el Infierno porque, si no, tenían ya plaza reservada, aunque sólo fuera por mentirosos.

«Pharyngula (el blog de P.Z. Myers) es conocido por su crítica sarcástica y a menudo engañosa de ciencia de la creación y de la teoría del diseño inteligente, así como por las fotos de cefalópodos (a menudo, con connotaciones sexuales vulgares tanto sutiles como manifiestas)», escriben en la entrada correspondiente a la bitácora del biólogo y escéptico. Los conservapedistas sostienen que la comunidad Scienceblogs, de la que forma parte Pharyngula, «parece tener problemas a la hora de atraer y mantener a escritores con talento» -supongo que echan en falta a algún telepredicador que otro- y suscriben la opinión de Mariano Grinbank, un judío cristiano, miembro del movimiento de la Nueva Era y practicante de reiki -entre otras supersticiones-, que considera que las anotaciones del blog de Myers «carecen a menudo de sustancia». En el fondo, lo que pasa es que el cortante estilo de este biólogo ateo deja a los promotores de la pseudociencia y la religión desnudos de argumentos, como demuestra la Conservapedia.

¿Qué puede hacerse ante engendros como esta Wikipedia cavernícola? Lo mismo que ante cualquier otro tipo de supercherías: fomentar el pensamiento crítico desde la escuela, adiestrando a los niños en habilidades que les permitan detectar la pseudociencia, la superstición y a los engañabobos, desde los fundamentalistas religiosos hasta los videntes. Quienes ya tenemos años podemos, por nuestra parte, plantar cara a las supercherías en Internet, como recomienda Damian Thompson en su libro Los nuevos charlatanes (2008). «En el último par de años el contraconocimiento ha demostrado ser sorprendentemente vulnerable a los ataques de guerrilla de la bitacosfera. Los defensores independientes de la verdad empírica, armados hasta los dientes de datos sólidos, han organizado emboscadas devastadoras contra los curanderos y embaucadores que han penetrado demasiado en el dominio público», escribe Thompson sobre algo que también estamos viviendo en España, el ascenso de una comunidad escéptica de blogs que es percibida como una amenaza por los vendedores de misterios y sus acólitos.

Nota publicada en Magonia el 17 de agosto de 2010.


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