«Seguimos inundados por el pensamiento sobrenatural», lamenta Eduard Punset en el
XL Semanal y en su blog. ¿Estamos de enhorabuena? ¿Es que Punset por fin se ha dado cuenta de que
Uri Geller es un embaucador? ¿O es que pensamiento mágico es el de los demás y no el suyo? Me explico. El para mí muy sobrevalorado director del también muy sobrevalorado
Redes concede en su programa la misma credibilidad a un científico de verdad que a Geller -«Tú eras un pionero y ahora esto es ciencia, ciencia pura», le dijo al doblacucharas israelí ante las cámaras-,
Deepak Chopra,
Rupert Sheldrake y compañía. Las
Redes de Punset atrapan sin distinción ciencia y pseudociencia, y él las vende en un mismo paquete etiquetado como divulgación. Por lo menos, hasta ahora. ¿Cambiará tras su lamento público por el auge del pensamiento mágico? Voy a jugar a adivino, con los riesgos que conlleva: no. Punset seguirá entrevistando de vez en cuando a personajes tan interesantes como
Michael Shermer y
Richard Dawkins y a charlatanes como cualquiera de los antes citados, y diciendo tonterías como la de la ciencia de Geller. Porque, por lo que escribe esta semana, el pensamiento sobrenatural que le desagrada no es el más preocupante, el que intenta disfrazarse de ciencia, sino el más burdo, el que toca madera, elude el martes 13, no pasa por debajo de una escalera y teme romper un espejo. Seguro que hasta
Iker Jiménez está de acuerdo con él.