Más de la mitad de los británicos rechaza la teoría de la evolución como explicación al origen y desarrollo de la vida en la Tierra, según una encuesta de la BBC en la que han participado 2.000 personas. El sondeo, hecho por Ipsos MORI para la serie Horizon, revela que sólo el 48% de la población considera la teoría de Charles Darwin como la que mejor describe los hechos, mientras que el 22% opta por el creacionismo clásico -la interpretación literal de la Biblia-, el 11% por el llamado diseño inteligente -una versión disfrazada de las ideas creacionistas- y el resto dice no saberlo. Además, aunque el 69% de la gente dice que la evolución tiene que enseñarse en las escuelas, el 44% se inclina por el creacionismo clásico y el 41% por el diseño inteligente.
Impresiona que en la tierra de Darwin, 150 años después de la publicación de El origen de las especies y a pesar de que la evolución cuenta con pruebas de todo tipo a su favor, las ideas creacionistas tengan tanta fuerza. Como deja caer el editor de la serie Horizon, Andrew Cohen, la realidad de la calle pone sobre el tapete cómo se está enseñando la ciencia en las escuelas británicas. Lo que me temo es que, si se hiciera una encuesta parecida en España, también nos llevaríamos una desagradable sorpresa.
Nota publicada en Magonia el 26 de enero de 2006.