Centenares de personas han presenciado este verano las evoluciones de una criatura de 4,8 metros de longitud en el lago Ness. «No es un tronco», ha dicho uno de los testigos. «Sé que he visto algo no hecho por el hombre», ha indicado otro. Lo que vieron no era un tronco, efectivamente; pero sí algo de manufactura humana. En concreto, obra de Jez Harris y su equipo, creadores de animatronics como Jabba el Hut, el gángster alienígena de El retorno del jedi, el último capítulo de la primera trilogía galáctica de George Lucas.
La cadena de televisión británica Channel Five quería comprobar cómo reaccionarían algunos de los miles de turistas que cada año viajan a Escocia para ver a Nessie si, de repente, apareciera ante sus narices. Para ello, se ha gastado 150.000 euros. La historia se cuenta en Loch Ness monster: the ultimate experiment (El monstruo del Lago Ness: el último experimento), documental que se estrenará el 28 de agosto en el Reino Unido.
El proyecto nació tarde y sólo había catorce semanas para tener todo listo antes de que acabara la temporada turística. La idea inicial era montar a Lucy, como fue bautizado el monstruo, encima de un minisubmarino pintado de camuflaje. La criatura de fibra de vidrio era una reproducción de un plesiosaurio, un reptil acuático que se extinguió hace 65 millones de años. Cuando faltaba un mes para el día D, en la primera prueba acuática, la nave y el monstruo se hundieron. Acabaron en el taller. Al final, se descartó el uso del sumergible y James Wakerford, un ex comando experto en operaciones encubiertas, propuso un plan B: que tres submarinistas nadaran junto a Lucy y controlaran sus movimientos.
Después de un viaje de 800 kilómetros, el monstruo llegó sano y salvo al lago Ness, donde el equipo de rodaje eligió como base un punto situado a 800 metros de un camping lleno de turistas. Aprovechando la noche, Wakerford dirigió la maniobra de inmersión del plesiosaurio, que a la mañana siguiente debutó ante el público con magníficos resultados. Aunque hubo gente que sospechó, la mayoría se tragó el anzuelo. «Esto demuestra que la gente quiere creer en el mito», argumentan los productores.
En los días siguientes, Lucy apareció, con el mismo éxito, ante los pasajeros de un barco de 111 plazas, cuyo capitán estaba conchabado con los chicos de la tele, y cerca de las ruinas del castillo de Urquhart. «Creíamos que sería fascinante ver si el público, con una dieta a base de efectos especiales, creería en Nessie. Los resultados son muy sorprendentes», admite Chris Shaw, programador de Channel Five.
Reportaje publicado en el diario El Correo y en Magonia el 20 de agosto de 2005.