
De aspecto quijotesco, el parapsicólogo madrileño saltó pronto de las romerías nocturnas a la caza de almas en pena al programa Al ataque, que Alfonso Arús dirigía en Antena 3 Televisión. El periodista catalán llenó el espacio de freaks, con el curandero y contactado Carlos Jesús a la cabeza. Fueron buenos tiempos para Tristanbraker. No parecía importarle que media España se riera de él y sus compañeros de andanzas. Había creado la Asociación Esotérico Cultural Española y esperaba que la fama televisiva le reportara el dinero necesario para sacar adelante sus proyectos.
«Estamos haciendo este aparato, que hemos bautizado como Bobby’s y que en Al ataque me han dicho que me van a financiar, así como un coche para menearnos. Del Boby’s sale un chorro pulverizado de una especie de líquido que evita que los átomos de los fantasmas se puedan juntar. Además, lleva una luz muy fuerte roja que hace que se vea la silueta del espíritu», explicaba en marzo de 1993 en la revista Teleindiscreta. El Boby’s era una versión casera de las coloristas armas de plástico infantiles, con una voluminosa lintera apoyada sobre el cañón y, cuando el parapsicólogo lo dejaba en casa, sabía que estaba a buen recaudo. Varios muñecos de gnomos eran su «particular sistema de seguridad» desde que habían ahuyentado, según Tristanbraker, a unos ladrones. «A éste -decía mientras enseñaba al periodista una réplica del personaje protagonista de la serie de animación David el gnomo-, que tiene los ojos azules, se le cambian a verde cuando alguien no le cae bien».
Tristanbraker tenía 46 años cuando Alfonso Arús le descubrió. Había sido carpintero y electricista. Después, muchos le han visto en El Retiro, con su tenderete de vidente puesto junto a los de otros augures del parque madrileño. Volvió así al lugar del que había salido, ese submundo ubicado entre la credulidad y la pequeña picaresca en el que malviven personajes como él mientras otros, que no creen en nada de lo que predican y que se presentan ante la opinión pública como serios investigadores, se hacen de oro.