
Tablas como ésta, cuyos restos se encontraron cerca de una estalagmita con forma fálica y entre miles de fragmentos de vasos y copas de cerámica, servían a los adivinos para hacer el horóscopo. «Lo que el astrólogo enseñaba al cliente era dónde estaba cada planeta, el Sol y la Luna, y los puntos del Zodiaco por los que salían y se ponían, en el momento del nacimiento», explica Alexander Jones, del Instituto para el Estudio del Mundo Antiguo de la Universidad de Nueva York, en LiveScience. Los trozos recuperados estaban rotos en piezas tan pequeñas que los arqueólogos no se dieron cuenta de lo que tenían entre manos cuando los desenterraron, sino bastante después, y les llevó años componer el rompezabezas.
La prueba del carbono 14 ha establecido que el marfil tiene unos 2.200 años, que data justo de cuando aparece esta variante de la astrología que ha llegado hasta nuestros días. Según los arqueólogos, que han dado a conocer su hallazgo en el Journal for the History of Astronomy, el zodiaco de Nakovane es el más antiguo conocido de la astrología helénica. «El estilo griego es la base de la astrología de la Edad Media, la Europa moderna, la India moderna, etcétera», indica Jones.