
Crotts y Schultz coordinan un proyecto, financiado en parte por la Sociedad Geográfica Nacional, en el que van a utilizar dos telescopios robot de 25 centímetros, uno en Nueva York y otro en el Observatorio Interamericano de Cerro Tololo (Chile), para fotografiar la Luna cada 20 segundos durante este año y el próximo. «Queremos empezar cogiendo esas cosas en el acto». Si detectan un TLP auténtico -no debido a las fluctuaciones atmosféricas que hacen titilar las estrellas, por ejemplo-, los ordenadores conectados a los telescopios alertarán a los satélites en órbita lunar para que apunten sus instrumentos de observación al lugar. Los dos científicos creen que los TLP se deben a explosiones causadas por gas radón que escapa del interior del satélite, lo que, de confirmarse, significaría que la Luna está geológicamente viva.
En Paranormalandia se han sugerido, ¡cómo no!, otras razones. «La conclusión más directa que puede deducirse de estos extraños fenómenos -suponiendo que los científicos tengan razón en la no existencia de vida nativa en la Luna- es la de que la Luna está siendo utilizada como base espacial por extraterrestres», escribía Don wilson en La Luna, una misteriosa nave espacial (1975). Y citaba a Robert Charroux, quien consideraba los TLP una prueba de que los cráteres lunares podían estar siendo «frecuentados por astronautas extraterrestres».