
Brígida Birgersdotter (1303-1373) fue declarada en 1999 por Juan Pablo II una de las patronas de Europa. Aristócrata de nacimiento, se casó a los 13 años y tuvo ocho hijos. Popular por sus obras de caridad, peregrinó a Santiago de Compostela con su marido, Ulf Gudmarsson, entre 1341 y 1343. Un año después, enviudó y fundó la Orden del Santísimo Salvador, también conocida como la Orden Brigidina, con sede en Vadstena. Tuvo visiones de la Virgen, de la Natividad y de Jesús crucificado, además de del Purgatorio. Murió en Roma, sus restos fueron trasladados a Suecia en 1381, y a lo largo de los años fueron repartidos en pequeños trozos entre iglesias, monasterios y gobernantes. En Vadstena se guardan en la actualidad los cráneos de santa Brígida y santa Catalina (1331-1381), y otros 23 huesos.
Un análisis antropológico de los dos cráneos hecho en 1950 dictaminó que posiblemente correspondían a dos mujeres, una de 50 a 55 años y otra de 60 a 70. Marie Allen y su equipo han confirmado esa presunción, examinado pequeños fragmentos de los cráneos y descubierto que el ADN mitocondrial, que sólo transmiten las mujeres, no es el que correspondería a una madre y una hija. Además, Göran Possnert, del Laboratorio Tandem de la Universidad de Uppsala, ha sometido los restos a la prueba del carbono 14 y sus resultados descartan que pertenezcan a las santas.
