
Vi la escena en los informativos de Telecinco y, al día siguiente, El Mundo llevaba a portada al político y la vidente con el siguiente titular: «Ahora vivimos un ‘impasse’, habrá un momento político en que usted será presidente». Lucía Méndez contaba así el diálogo entre Alazraki y Rato:
– «Revuélvalas», le dijo Leonor, algo alterada por el revuelo de escoltas, cámaras y fotógrafos.
– «Estoy revolviendo regular».
– «Revuélvalas otra vez y haga tres montones».
– «A ver qué me sale, porque soy un poco supersticioso», respondió él medio en broma medio en serio.
La mujer puso las cartas boca arriba y empezó a interpretarlas:
– «Son cartas de mucha fuerza. Tiene usted mucha gente a su favor, muchos votantes. La rueda de la fortuna está aquí. Todo lo que haga en la economía saldrá adelante. Sale la templanza, la abundancia, la alegría».
En este punto, Leonor Alazraki hizo una pausa valorativa.
– «Aquí, mire, entre la fuerza y el juicio, le digo que habrá un momento político en España en el que usted será postulado presidente del Gobierno».
El candidato se quedó a cuadros. Lógico, cuando pocos meses antes José María Aznar había designado a su heredero: Mariano Rajoy, el otro vicepresidente. Por si acaso quedaba alguna duda, la pitonisa se reafirmaba diciendo: «Es que están aquí. Están todas las cartas: los laureles del triunfo, el Papa como símbolo de poder, la Justicia a su lado… Están todas. Ahora estamos en un periodo de impasse, un poco detenido, pero no hay duda de que habrá un momento político, cercano o lejano, no puedo precisar, en el que usted será postulado presidente del Gobierno». Cuando Rato advirtió de que el tarot se podía equivocar, ella replicó: «Es poco probable».
Once años después, los éxitos de Rato se cuestionan en todos los frentes, incluido el judicial. El milagro económico español, del que hasta hace poco Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre y otros le consideraban artífice, tuvo su origen en una burbuja inmobiliaria cuyas consecuencias estamos pagando caras. Gracias a la política, nuestro protagonista fue director gerente del Fondo Monetario Internacional (2004-2007), que abandonó inesperadamente vayan ustedes a saber por qué, y presidente de Caja Madrid -luego Bankia- (2010-2012), entidad que en su época y la de su antecesor, Miguel Blesa, cometió todo tipo de tropelías y nos ha acabado costando a los españoles más de 23.000 millones de euros. No parece que Rato tenga, precisamente, muchas papeletas para ser presidente del Gobierno.
No nos olvidemos de Leonor Alazraki, quien nunca ha demostrado tener más poder que el de embaucar a incautos. La que durante años fue vidente de cabecera de Iñaki Gabilondo en Hoy por hoy predijo en 2004 a Rato éxitos económicos y que llegaría a La Moncloa. Y ahí está, muerto políticamente. Sí, vale, al ver las cartas de la tirada, la bruja también destacó que la Justicia estaba «a su lado», pero se refería a que estaba de parte del político popular, no pidiéndole cuentas. Rato vuelve ahora a las portadas de todos los periódicos, como poco antes de la última debacle electoral del PP que Alazraki tampoco intuyó. Aunque no sean supersticiosos en el partido de Rajoy, yo que ellos estaría muy, muy preocupado.