
Cuenta lainformación.com que «todo empezó el 1 de mayo de 2011 cuando Ramsey marcó ante el Manchester United. Al día siguiente Osama Bin Laden era ejecutado». ¿Cree usted que fue casualidad? Para nada, según el autor, quien recuerda que Steve Jobs murió tres días después de otro gol de Ramsey, Muamar Gadafi al día siguiente de otro tanto y Whitney Houston tres cuartos de lo mismo. «Afortunadamente, Ramsey no es un goleador como Cristiano Ronaldo o Messi, porque de ser así la lista de famosos desaparecería rápidamente», tranquiliza el redactor a sus lectores.

La maldición del futbolista galés ha merecido la atención, entre otros, de Azteca Deportes, donde dicen que «salvar un gol de Aaron Ramsey es salvar una vida»; Terra, que destaca que una de sus víctimas fue el dictador argentino Jorge Videla; y el portal deportivo Goal, que da la clave al precisar que, «si de los 40 goles que suma [Ramsey] en total en su carrera, en 9 ocasiones lo siguió una muerte, evidentemente una fuerza mayor lo persigue». Dada la cantidad de famosos que hay en el mundo y que la muerte no tiene que ocurrir el mismo día que el gol ni al siguiente -se habla en varios de los casos de hasta tres días de demora-, y ni siquiera siempre, es muy fácil atribuir el fallecimiento de alguien conocido al furbolista del Arsenal. Sólo hace falta bucear en las necrológicas…
Que ahora recuerde, en las últimas semanas nos han dejado la actriz Marilyn Burns, la reina del grito (5 de agosto); el actor James Garner (19 de julio); la escritora Nadine Gordiner (13 de julio); el director de orquesta Lorin Maazel (13 de julio); la escritora Ana María Matute (25 de junio); el actor Eli Wallach (24 de junio)… y seguro que hay más. Los inventores de la maldición de Ramsey no han encontrado 40 víctimas para sus 40 goles sólo porque no se han puesto a buscar. Y lo mismo podrían hacer con cualquier otro futbolista.
Ya verán cómo en las próximas horas más medios se suman a este festival de la estupidez que es la maldición de Aaron Ramsey.