
Fernández Bueno dio sus primeros pasos en el misteriodismo junto a Iker Jiménez, con quien firmó numerosos reportajes en Enigmas cuando dirigía la publicación Jiménez del Oso. “La caras de Bélmez son auténticas”, sentenciaba en 1997 el dúo, que en 1996 identificó a un joven desconocido fallecido en trágicas circunstancias, que bautizaron como El Caminante de Boisaca, como un viajero temporal y en 1998 atribuyó al chupacabras la muerte de decenas de ovejas en Valle de Tabladillo, Segovia. Lo cierto es que las caras de Bélmez son un fraude, El Caminante de Boisaca fue identificado en 2008 como un joven de 22 años desaparecido en la primavera de 1988 -de viajero del tiempo, nada- y los pastores segovianos achacaron desde el principio las muertes de ganado al lobo. Tal es el rigor del hombre detrás de Rastreadores de Misterios.
Cada capítulo consistirá en «tres reportajes que repasan los campos más diversos de la casuística misteriosa», de la mano de Fernández Bueno y su equipo, del que forma parte el también misteriodista Francisco Contreras Gil, exredactor de Cuarto Milenio. Adelantan que hablarán de platillos volantes, «la historia más heterodoxa» -es decir, de pseudohistoria-, la Atlántida andaluza, milagros, desapariciones y demás prodigios, y que recuperarán de su retiro playero a Juan José Benítez para tratar el asunto de la desclasificación ovni en España. Y dicen que mostrarán «las diferentes explicaciones a los sucesos investigados con el firme objetivo de que el telespectador elija la explicación que considere oportuna». Vista la trayectoria del conductor del espacio, es tan increíble que hagan eso como que a un hombre le salga un tercer testículo tras tener un encuentro con extraterrestres, algo que Fernández Bueno, Jiménez y Benítez aseguran que le ocurrió a un campesino andaluz en 1996. Televisión de servicio público, pero del del fondo a la derecha.