Júpiter y Venus vuelven loco al Ejército indio en la frontera con China durante más de seis meses

Júpiter, en una fotografía del telescopio 'Hubble', y Venus, en una imagen de la sonda 'Magallanes'. Fotos: NASA / ESA.
Júpiter, en una fotografía del telescopio ‘Hubble’, y Venus, en una imagen de la sonda ‘Magallanes’. Fotos: NASA / ESA.

El Ejército indio tomó durante más de seis meses, entre agosto de 2012 y febrero, a Venus y Júpiter por objetos volantes no identificados que hacían incursiones en el país desde China, según ha revelado The Telegraph de Calcuta. Las observaciones de los ovnis tuvieron lugar en la provincia fronteriza de Ladakh, y el misterio no se aclaró hasta que se desplazó al lugar un  equipo del Instituto Indio de Astrofísica (IIAP). «Nuestra tarea era determinar si esos objetos no identificados era celestes o terrestres», ha explicado al periódico el astrónomo Tushar Prabhu.

Los militares contabilizaron hasta febrero 329 avistamientos en las proximidades del lago Pagong Tso, que comparten China e India, y 155 aparentes violaciones fronterizas. Explicaron a los astrónomos que uno de los objetos era visible entre las 18 y las 5 horas mientras que el otro brillaba en el cielo entre las 4 y las 11. Uno de los soldados se había fijado en que uno de los objetos aparecía en el cielo cada días 4 minutos más tarde que el día anterior, y aseguraba que los dos eran las luces más brillantes del firmamento y que se movían respecto al fondo estrellado. El Ejército sospechaba que podía tratarse de drones chinos. Los científicos pidieron a los militares que durante seis noches midieran con un teodolito el ángulo de elevación de los objetos, tras lo cual concluyeron que eran Júpiter y Venus.

Uno de las falsas creencias que han alimentado los ufólogos durante décadas es la de que no hay observador más fiable que un militar, un piloto de línea aérea o un policía. Que el Ejército indio tomara, ¡durante más de seis meses!, dos planetas por posibles amenazas para la seguridad del país demuestra, una vez más, que los militares no son testigos ufológicos más fiables que el resto, algo de lo que hay constancia prácticamente desde los orígenes del mito ovni.

Así, Thomas Mantell, capitán de la Guardia Nacional Aérea de Kentucky, murió el 7 de enero de 1948 cuando perseguía con su avión lo que creía que era un platillo volante. En realidad, el llamado primer mártir de la ufología perdió el conocimiento por falta de oxígeno durante la caza de un globo del programa Skyhook de estudio de los rayos cósmicos, secreto en los años 40 y de cuya existencia él no sabía nada. Ya en España, en julio de 1985, vehículos de la DYA, la Cruz Roja, la Ertzaintza y la Policía Municipal de Legazpia persiguieron por las carreteras guipuzcoanas un platillo volante durante cinco horas. Un episodio digno de una película de Steven Spielberg si no fuera porque, al final, el ovni era Júpiter. Venus, por su parte, ha provocado tantos avistamientos desde 1947 que se le conoce como la reina de los ovnis.

Nota publicada en Magonia el 29 de julio de 2013.


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