El forense confirma que a la modelo de ‘Playboy’ Katie May la mató la quiropráctica

Katie May. Foto: Instagram de Katie May
Katie May. Foto: Instagram de Katie May

La modelo de Playboy Katie May murió en febrero a los 34 años como resultado de «la manipulación del cuello por un quiropráctico» que le provocó un desgarro fatal en una arteria, según el análisis del forense del condado de Los Ángeles incluido en el certificado de defunción, al que ha tenido acceso  el portal de cotilleos TMZ. «Ella no necesitaba que la ajustaran el cuello; eso la mató. Y lo que da miedo es que la enfermera me dijo que pasa todo el tiempo», declaró en su día una amiga de la fallecida, Christina Passanissi, a The New York Daily News. El dictamen médico confirma, por tanto, lo que se apuntó desde el primer momento como causa del accidente cerebrovascular: a Kattie May la mató la quiropráctica.

A finales de enero, durante una sesión fotográfica, May -muy popular en Instagram y Snapchat- sufrió una caída que le produjo un fuerte dolor de cuello. Dijo en Twitter el 29 de enero por la noche: «Se me pinzó un nervio en el cuello durante una sesión fotográfica y me lo arreglaron esta mañana. ¡Es realmente doloroso! ¿Algún remedio casero? Besos y abrazos». El dolor siguió y, en respuesta al interés por su salud de un seguidor, el 1 de febrero dijo en Twitter: «¡Gracias, amor! Todavía duele; volveré al quiropráctico mañana. Besos y abrazos». Ese día, acudió al Centro Médico Cedars-Sinaí porque apenas podía moverse y, ya en el hospital, sufrió uno o varios -según algunas fuentes- derrames. Los médicos certificaron al día siguiente su muerte cerebral y dos dáis después la desconectaron del respirador que la mantenía viva.

Tuits de Katie May.
Tuits de Katie May.

En 2012, había en la literatura médica «más de 500 [casos] documentados de pacientes que han sufrido un derrame cerebral tras la manipulación del cuello [por un quiropráctico] y muchos han muerto posteriormente», destacaba hace unos meses el medico Edzard Ernst, especialista crítico en las denominadas terapias alternativas. En 1997, por ejemplo, el actor Kevin Sorbo, entonces muy popular por interpretar a Hércules en una serie de televisión, sufrió un aneurisma y tres trombos por las manipulaciones vertebrales de su quiropráctico. Su calvario por creer en la medicina alternativa, del que a día de hoy no se ha recuperado totalmente, le llevó en 2011 a la portada de la revista Neurology Now.

La quiropráctica la inventó el apicultor y tendero canadiense Daniel D. Palmer a finales del siglo XIX. Según él, las enfermedades las causan los bloqueos en la columna, que llamó subluxaciones, al flujo de la energía vital, que llamó inteligencia innata. No hay ninguna prueba científica de que sea así y, además, casos como el de May y Sorbo demuestran lo peligroso que es dejar que un quiropráctico te toque el cuello.

Nota publicada en Magonia el 21 de octubre de 2016.


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