La Agencia Espacial Italiana se alía con el Vaticano en una web que mezclará astronomía y teología

Plaza y basílica de San Pedro, en el Vaticano. Foto: Ank Kumar.
Plaza y basílica de San Pedro, en el Vaticano. Foto: Ank Kumar.

El Vaticano y la Agencia Espacial Italiana (ASI) van a abrir una web que intentará casar la ciencia astronómica con la creencia religiosa, según cuenta la BBC. «Desde el punto de vista de la Iglesia, se trata de mostrar a las personas religiosas que los científicos no son los enemigos y hacer ver a los científicos que los creyentes tampoco son los enemigos. El objetivo por ambas partes es reconciliarse por el bien de la Humanidad», ha declarado Gianfranco Basti, decano de filosofía de la Universidad Pontificia Lateranense y que será el director del denominado Portal Universal de la Cosmología. «La ciencia puede ayudar (a entender la realidad), pero tenemos que aceptar que no tiene todas las respuestas», ha dicho el astrónomo Piero Benvenuti, miembro del consejo de administración de la ASI.

La hipótesis de Dios no es necesaria para la ciencia e intentar responder a incógnitas agarrándose a ella es como decir que, si no sabemos cómo hicieron nuestros antepasados algo, les ayudaron alienígenas o fue un milagro. Dos científicos tan opuestos en lo que al papel de la religión se refiere como Richard Dawkins y Francisco J. Ayala, coinciden en que Dios es innecesario para explicar el mundo. «En eso estoy de acuerdo con él (Dawkins). No se necesita la hipótesis de Dios para explicar el mundo. Hay personas que necesitan la hipótesis de Dios para tener una visión religiosa, dar sentido a su vida, tener esperanza y hacer la vida un poco más tolerable», me decía hace un par de años el biólogo de origen español.

El enfoque de Benvenuti es el del dios de los vacíos, que nunca ha explicado nada y en permanente retroceso. Según ha avanzado el conocimiento científico, el dominio de la divinidad todopoderosa original, implicada en el día a día de los humanos y que gobernaba la Naturaleza, ha ido empequeñeciendo y alejándose del mundo real hasta el punto de que muchos de sus partidarios ya tienden a situarla fuera del tiempo. «Si el Big Bang fue el principio de todo, ¿qué vino antes?», se pregunta retóricamente el redactor de la información de la BBC. Al dios católico le pasa lo mismo que a los tripulantes de los platillos volantes, cuyos mundos de origen han ido alejándose según el hombre ha ido avanzando en la exploración espacial, con el agravante de que situar a Dios al principio del tiempo no soluciona nada, como ya advertía Carl Sagan hace más de tres décadas en Cosmos:

Si el cuadro general de un universo en expansión y de un Big Bang es correcto, tenemos que enfrentarnos con preguntas aún más difíciles. ¿Cómo eran las condiciones en la época del Big Bang? ¿Qué sucedió antes? Había un diminuto universo carente de toda materia y luego la materia se creó repentinamente de la nada? ¿Cómo sucede una cosa así? Es corriente en muchas culturas responder que Dios creó el universo de la nada. Pero esto no hace más que aplazar la cuestión. Si queremos continuar valientemente con el tema, la pregunta siguiente que debemos formular es evidentemente de dónde viene Dios. Y, si decidimos que esta pregunta no tiene contestación, ¿por qué no nos ahorramos un paso y decidimos que el origen del universo tampoco tiene respuesta? O, si decidimos que Dios siempre ha existido, ¿por qué no nos ahorramos un paso y concluimos diciendo que el universo siempre ha existido?

Flaco favor hace la ASI a la ciencia apadrinando a la superstición, porque eso en el fondo es la religión por muy institucionalizada que esté.

Información publicada en Magonia el 22 de febrero de 2011.


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