
El entrecomillado pertenece a la obra Veneno de hipopótamo (1965), del artista estadounidense Paul Thek (1933-1988). De cera, acero inoxidable y plexiglás, simula ser un gran trozo de carne de hipopótamo en una caja de plástico transparente. Está expuesta en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, donde cuentan que se le ocurrió a Thek después de un verano en Sicilia y que conecta con la tradición cristiana de la veneración de reliquias.
Aunque el mensaje paranoico inscrito en el plexiglás estaba dirigido a la generación del creador, medio siglo después está más vigente que nunca. Ahí tienen a los conspiranoicos de los chemtrails, los antivacunas, los antiransgénicos… y los que vendrán.
Respetado Luis: interesante entrada. Aunque le hago una recomendación: arma es masculino en nuestro idioma. Tenga cuidado con esas cosas porque, desde su plataforma, donde suele ridiculizar, estas errores se pagan caro.
Y yo leía todo el rato «un arma», pero ponía «una arma». En fin… Cosas de la edad, supongo. Gracias.
Según la RAE, la expresión «una arma» no es incorrecta. De hecho, yo soy partidario de decir siempre «una arma» porque de ese modo resulta mucho más fácil resistir la presión ambiental que sin darnos cuenta nos lleva a soltar burradas como «el mismo arma».
Estimado Andrés: «arma» es femenino en nuestro idioma.
Hay que tener cuidado cuando se corrige, sea para ridiculizar o para ayudar.
Exacto:
‘El arma’: determinante masculino ante nombre femenino
http://blog.lengua-e.com/2007/el-arma-determinante-masculino-ante-nombre-femenino/
Es «un arma», para evitar la cacofonía, al igual que se dice «el águila».
Y es femenino. Por eso el plural es «Muchas armas» o «las armas».
Por favor, si os parece bien, dejamos a un lado el ‘off topic’ armamentístico. Gracias.