
Los autores de la investigación, financiada con 25 millones de dólares por el Gobierno estadounidense, expusieron a ondas de telefonía a 2.000 ratas durante dos años a razón de nueve horas diarias desde que estaban en el útero materno. Al final, entre el 2% y el 3% de las ratas macho desarrollaron gliomas malignos -un tumor cerebral- y del 5% al 7% de las que se sometieron a niveles más altos de radiación sufrieron schwannomas en el corazón, un tipo de tumor que afecta a los nervios. Ni los individuos del grupo de control ni las hembras expuestas a radiación desarrollaron patologías, algo esto último para que los autores no tienen explicación.
Puntos flacos
Lo que ciertas informaciones periodísticas han pasado por alto por alto es que los animales del experimento eran ratas de la cepa Sprague-Dawley, que, indica Beth Mole en Ars Technica, «tienen de promedio una probabilidad de un 1% a un 2% de desarrollar cualquiera de esos dos tipos de cáncer», aunque en algunos estudios ese porcentaje se ha elevado en el grupo de control hasta más del 6%. Extrañamente, en el trabajo en cuestion ningún individuo del grupo de control desarrollo ningún cáncer. Sospechoso, ¿no?
Además, las ratas expuestas a las ondas de telefonía vivieron más que las del grupo de control. Lo que es otra rareza y otro punto flaco del estudio. «Es potencialmente un gran problema, ya que los tipos de cáncer que se encontraron en las ratas expuestas tienden a desarrollarse más tarde en la vida de las ratas. Por lo tanto, si las ratas control hubieran vivido sólo un poco más tal vez se habrían desarrollado uno de los tipos de cáncer. Y sólo una rata de control con cáncer haría que la relación (de la exposición a las ondas) con el cáncer en las ratas macho no fuera estadísticamente significativa», advierte Mole.
“No puedo aceptar las conclusiones de los autores”, dice Michael S. Lauer, director adjunto de investigaciones en los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), y uno de los revisores del estudio, basándose en esos puntos flacos. Cree que el estudio no es lo suficientemente consistente y que «los pocos positivos podría deberse a falsos positivos», lo mismo que sostiene, en declaraciones a Ars Technica, Christopher Schmid, bioestadístico y fundador del Centro para la Medicina Basada en la Evidencia en la Salud Pública de la Universidad Brown.
Así que pueden estar tranquilos: sigue sin haber pruebas de que las ondas de telefonía móvil provoquen algún tipo de cáncer en ratas. Como tampoco las hay de que las ratas vivan más si se las expone a esas emisiones. Recuerden que, después de miles de estudios, no hay ninguna prueba de que las ondas de telefonía provoquen ninguna dolencia. Ése es el consenso científico, que se basa no en acuerdos subjetivos, como el político, sino en la evidencia teórica y experimental acumulada. Tengan presente siempre que hay estudios científicos y estudios científicos, y hasta las revistas más serias cometen errores. Y que un estudio poco sólido puede llevar a conclusiones disparatadas.
Justamente el grupo de control es lo que se usa para mostrar la coherencia de tu experimento. Si los resultados en este no son comparables contra otros experimentos ya realizados, es señal de procedimientos incorrectos en el estudio y que este último debe ser descartado.
El propio estudio enumera varias limitaciones, entonces ¿por qué publican estos datos preliminares?
Report of Partial findings from the National Toxicology Program Carcinogenesis Studies of Cell Phone Radiofrequency Radiation in Hsd: Sprague Dawley® SD rats (Whole Body Exposure)
«This article is a preprint and has not been peer-reviewed»
p.62
«The NTP study document acknowledges several study limitations [page 10, discussion
section].
Potential limitations should prominently factor into considerations regarding
the context of the findings, as well as their interpretation and application.
Working list of limitations potentially impacting NTP study interpretations
[…]
«Lesions, including malignancies, do not appear to materially shorten lifespan,
except for a subgroup of rats (less than 1/3 of affected rats)
with malignant
Schwannomas in heart
• Lack of shortened lifespan as a consequence of malignancy for the majority of
affected rats contrasts with shortened lifespan of male control rats for which
there is absence of attributable cause of death. The survival of the control
group of male rats in the current study (28%) was relatively low compared to
other recent NTP studies (avg 47%, range 24 to 72%). «