Robert De Niro decidió el sábado, después de días de polémica en los medios estadounidenses, impedir el estreno en el Festival de Tribeca del documental Vaxxed: from cover-up to catastrophe (Vacunados: del encubrimiento a la catástrofe), escrito y dirigido por el exmédico británico Andrew Wakefield, líder mundial del movimiento antivacunas. «Mi intención con la proyección de esta película era propiciar una oportunidad para la conversación en torno a un tema que es muy personal para mí y para mi familia. Pero después de verlo en los últimos días con el equipo del Festival de Cine de Tribeca y miembros de la comunidad científica, no creemos que contribuya o promueva la discusión que esperaba», anunció el actor, que tiene un hijo autista, en un comunicado en la página de Facebook del certamen neoyorquino, creado por él en 2002. Se retractaba así de lo dicho 24 horas antes.
En cuanto la semana pasada saltó la noticia de que Tribeca iba a acoger el 24 de abril el estreno de Vaxxed, la comunidad científica estadounidense se puso en alerta ante el posible espaldarazo que podía suponer para el movimiento antivacunas. En 1998, Andrew Wakefield y sus colaboradores publicaron en la revista médica The Lancet un artículo en el que, tras estudiar doce casos infantiles de autismo, aseguraban que existía una conexión entre la administración de la triple vírica y ese desorden. El trabajo tuvo un gran impacto en Reino Unido y en otros países donde por su causa ha habido un decenso de los índices de vacunación. Sin embargo, ningún otro grupo científico logro replicar esa investigación, y el tiempo puso las cosas en su sitio.
«Deshonesto e irresponsable»
En febrero de 2010, The Lancet retiró el artículo de sus archivos por fraudulento y, en mayo de ese mismo año, el Consejo General Médico de Reino Unido prohibió a Wakefield ejercer en el país por su actitud «deshonesta e irresponsable» en ese estudio. Además, una investigación del periodista Brian Deer para British Medical Journal concluyó en 2011 que la conexión entre la triple vírica y el autismo había sido fruto de un «sofisticado fraude» perpetrado por el ya exmédico con el objeto de ganar millones sembrando el miedo a las vacunas y vendiendo sus propias soluciones. Por su trabajo sobre las vacunas y el autismo, a Wakefield se le considera hoy en día como el promotor de uno de los más grandes fraudes científicos de la Historia.
«¡Es espantoso!», dijo Michael Specter, periodista de The New Yorker y experto en el movimiento antivacunas cuando le preguntaron qué pensaba de la proyección de Vaxxed en Tribeca. «Es un criminal (por Wakefield) responsable de que muera gente. No es alguien que tenga un punto de vista. Es comparable a Leni Reifenstahl haciendo una película sobre el Tercer Reich o a Mike Tyson con una sobre la violencia contra las mujeres», declaró a Los Angeles Times el 22 de marzo. Tres días después, De Niro emitía su primer comunicado. «En los quince años desde que nació el Festival de Cine de Tribeca nunca he pedido que se proyecte una película ni me he involucrado en la programación», decía. Añadía que en este caso era algo «muy personal» y que él ni apoyaba el filme ni es antivacunas, pero quería fomentar el debate.
«A menos que el Festival de Cine de Tribeca planee desenmascarar definitivamente a Andrew Wakefield, será un capítulo desalentador más en el que sigue prestándose atención a un fraude científico y se pasa por alto el daño que ha hecho al minar la (percepción pública sobre la) seguridad y el éxito de las vacunas», apuntaba Mary Anne Jackson, profesora de Pediatría de la Universidad de Missouri, en The New York Times el sábado. El movimiento antivacunas está detrás del aumento en Occidente de casos de enfermedades evitables, a veces con trágicos desenlaces. Así, en junio del año pasado un niño de 6 años murió por difteria en España, donde no se había registrado ningún caso de esa enfermedad desde 1987, porque sus padres no habían querido vacunarle. Según la Organización Mundial de la Salud, las vacunas evitan cada año en el mundo «entre 2 y 3 millones de defunciones por difteria, tétanos, tos ferina y sarampión».
Wakefield, que ha pronosticado que por culpa de las vacunas en quince años «el 80% de los niños estadounidenses serán autistas», achaca el veto de Robert De Niro a su película al poder de las farmacéuticas. Intenta vender la idea de que todos conspiran contra él cuando lo que realmente está demostrado es que él conspiró para extender el miedo a las vacunas y ganar millones gracias a la histeria.
Nota publicada en Magonia el 31 de marzo de 2016.