La NASA y el Área 51: algunos periodistas no se enteran

Imagen de satélite del Área 51, en Nevada, tomada en 2003. Foto: Space Imaging.
Imagen de satélite del Área 51, en Nevada, tomada en 2003. Foto: Space Imaging.

«Reconocemos tener ahí un centro de operaciones, pero el trabajo es materia clasificada», declaró en abril de 2000 a los medios de comunicación Gloria Cales, portavoz de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos. La compañía Aerial Images acababa de hacer públicas en internet unas imágenes del Área 51 tomadas en 1998 por un satélite ruso para un proyecto cartográfico en el que estaban implicadas, entre otras firmas, Microsoft, Digital y Kodak. Las vistas aéreas de la base secreta del lago Groom (Nevada) -de unos 155 kilómetros cuadrados- mostraban edificios, pistas de aterrizaje, canchas de tenis, un campo de béisbol, una piscina y carreteras. Hace quince años, Calver añadió que los trabajos que se hacían en el complejo eran «operaciones críticas para el Ejército de Estados Unidos y para la seguridad nacional».

El administrador de la NASA, Charles Bolden, dijo hace unos días, a preguntas de escolares británicos en el programa de televisión Hotseat, que existe el Área 51 y que la ha visitado, pero que allí no hay marcianos. «Hay un Área 51. Pero no es lo que mucha gente piensa. He estado en un lugar llamado así y se hacen trabajos de investigación normal. Nunca vi ningún extraterrestre o nave, ni nada raro cuando estuve allí. Creo que se debe al secreto de la investigación aeronáutica que se hace allí que la gente hable de extraterrestres», explicó Bolden a los jóvenes. Y, en cuanto se han enterado, algunos medios han elevado la anécdota a titular, diciendo que «la NASA confirma la existencia del Area 51, pero niega que sirva para estudiar extraterrestres», y que es la primera vez que EE UU se desmarca de las afirmaciones hechas por algunos ufólogos sobre las instalaciones de Nevada.

Las Fuerzas Aéreas de EE UU admitieron en 2000 la existencia de las instalaciones de Nevada, pero es que hace diez años lo hizo nada menos que un exinquilino de la Casa Blanca. «Lo de Roswell fue una ilusión. No creo que ocurriera», dijo Bill Clinton en septiembre de 2005 en una entrevista concedida a la revista FinanceAsia. Y añadió: «Existía también otro sitio en Nevada donde la gente creía que habíamos enterrado un ovni y quizás un alienígena profundamente bajo tierra porque no queríamos permitir que nadie fuera allí. Ahora puedo decirlo porque el secreto se ha levantado y es de dominio público. Había mucha gente en mi propia Administración que estaba convencida de que Roswell era un fraude, pero que lo de ese lugar de Nevada iba en serio, que había allí un artefacto alienígena. Así que mandé a alguien a que lo averiguara. Y se trataba realmente de una instalación de defensa en la que se hacían cosas aburridas que no queríamos que nadie más viera». En abril de 2009, en Los Angeles Times, cinco antiguos trabajadores del Área 51 hicieron trizas el montaje levantado alrededor del complejo por ufólogos de medio mundo. «La agencia (la CIA) localizaba a los mejores expertos en cada campo y los reunía para los proyectos del Área 51», explicaba el ingeniero Thornton Barnes. Él y sus compañeros recordaban que sí practicaron la ingeniería inversa, pero no de naves alienígenas, sino de ingenios militares soviéticos.

Documentos secretos públicos

“Los vuelos del U-2 y del Oxcart fueron responsables de más de la mitad de todos los avistamientos de ovnis de finales de los años 50 y los años 60″, asegura en un informe de la CIA redactado en 1992 que se desclasificó en agosto de 2013. En el estudio, titulado The Central Intelligence Agency and overhead reconnaissance (La Agencia Central de Inteligencia y el reconocimiento aéreo), el Gobierno estadounidense habla por primera vez abiertamente de cómo y por qué se creó el Área 51, la base desde la que han despegado sus más avanzados aviones espía desde 1955. Los historiadores militares Gregory W. Pedlow y Donald E. Welzenbach explican en su trabajo cómo se decidió la creación y ubicación de esas instalaciones de la CIA en la primera mitad de los años 50 y cómo su puesta en marcha hizo que se multiplicaran las visiones de platillos volantes que, en realidad, eran aviones espía. Primero, el U-2 y, con el paso del tiempo, el SR-71, el F117-A y el B-2, entre otros. La CIA prefería que el público creyera en visitantes extraterrestres a destapar la existencia de sus más sofisticadas herramientas y, durante décadas, los conspiranoicos han colaborado en ese encubrimiento al intentar convencer a la opinión pública de que en las instalaciones de Nevada se guardaban los restos de naves de otros mundos.

En diciembre de 2013, Barack Obama bromeó abiertamente sobre el Área 51 con Shirley MacClaine durante un acto público en la Casa Blanca que fue grabado en vídeo. «Cuando uno se convierte en presidente, una de las preguntas que le hace la gente es: ¿qué está pasando realmente en el Área 51? (Risas). Cuando quise saberlo, llamé a Shirley MacLaine. (Risas). Creo que me he convertido en el primer presidente que ha mencionado en público el Área 51. ¿Cómo es eso, Shirley?», dijo Obama el 8 de diciembre durante la entrega de los premios del Centro Kennedy para las Artes Escénicas, la más alta distinción estadounidense para un artista vivo.

Ahora van algunos medios y dicen que, por fin, EE UU admite que existe el complejo del lago Groom y reconoce que allí se trabaja en proyectos militares secretos. Cualquier día nos informarán de que Colón descubrió América. Esta historia es noticia sólo si has pasado en el fondo de una gruta, aislado del mundo, los últimos quince años. La mayoría no lo hemos hecho, colegas.

Información publicada en Magonia el 24 de junio de 2015.


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