Las víctimas de desastres como el tifón Haiyan necesitan ayuda real, no oraciones ni biblias

Una casa destruida por el tifón Haiyan en las afueras de Tacloban, en la isla de Leyte. Foto: Eoghan Rice - Trócaire / Caritas.
Una casa destruida por el tifón Haiyan en las afueras de Tacloban, en la isla de Leyte. Foto: Eoghan Rice – Trócaire / Caritas.

Ver rezar a las víctimas de desastres como el reciente tifón de Filipinas resulta chocante. Imploran ayuda al mismo dios que, según sus creencias, podía haber evitado la tragedia y, sin embargo, ha preferido sembrar su país con muerte y destrucción. «Pido a todos ustedes que me acompañen en la oración por las víctimas del tifón Haiyan/Yolanda, especialmente las de las amadas islas Filipinas», dijo el papa Francisco a los seguidores de su cuenta en inglés de Twitter el 9 de noviembre.  La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas ha mandado ya a la región 1.000 biblias y 19.000 rosarios. ¿Cuándo la oración ha servido para algo? Rezar es tan útil para hacer frente a las consecuencias de una catástrofe como para evitarla. Lo que sirve en estos casos es la ayuda real: dinero, bienes, alimentos, equipos humanos…

«Imagínese que el Papa hubiera pedido a la gente que enviara a las víctimas dinero o cosas que necesiten. ¿Cuánto más útil hubiera sido para la gente de Filipinas? Es insultante. Más de 5.500 personas han muerto, el papa Francisco anima a la gente a la oración, y ellos mandan biblias y rosarios. Es repugnante. Los desastres naturales nunca debería ser vistos como oportunidades para el proselitismo. La religión no es caridad.. Es un negocio disfrazado de caridad, y tiene que ser reconocido como tal», ha dicho en una nota David Silverman, presidente de los Ateos Americanos. A modo de réplica, esta organización ha puesto en seis vallas publicitarias de Nueva Jersey un anuncio que, con tres variantes, llama la atención sobre lo inútil de la religión, las biblias y la oración frente a la ayuda de verdad, y anima a hacer donaciones a través del fondo Respuesta Humanista a las Crisis, dependiente de la Fundación Más Allá de la Creencia, de la Cruz Roja de Estados Unidos y de Médicos Sin Fronterass, que no usan el dinero para ningún tipo de proselitismo, sino para ayudar. Es algo a tener en cuenta si se quiere socorrer de verdad a las víctimas de cualquier  catástrofe.

Días después de su tuit dando prioridad a la oración, el Papa dijo en sus cuentas en inglés y en español de Twitter: «Tengamos presentes a Filipinas, Vietnam y la región afectada por el tifón Haiyan. Seamos solidarios con la oración y con la ayuda concreta». Un avance lo de la ayuda concreta, pero la oración antes, siempre. Desde el humanismo, creo que los tres carteles de los Ateos Estadounidenses son una magnífica respuesta:

Las víctimas de desastres necesitan ayuda real, no oración. Las víctimas de desastres necesitan ayuda real, no biblias. Las víctimas de desastres necesitan ayuda real, no religión.
Las víctimas de desastres necesitan ayuda real, no oración. Las víctimas de desastres necesitan ayuda real, no biblias. Las víctimas de desastres necesitan ayuda real, no religión.

Nota publicada en Magonia el 27 de noviembre de 2013.


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