
La historia del hombre de los sueños es sorprendente. Más que la del meteorito que se estampó en Letonia hace siete días y la del niño que salió volando en un globo en Estados Unidos, y equiparable a la de los tripulantes de un pesquero gallego que filmaron hace semanas cómo un ovni caía al mar. Estas noticias, que muchos medios dieron por buenas y atrajeron la atención de millones de personas, resultaron ser falsas. ¿Qué hacer cuando ya no podemos estar seguros de la realidad, de las noticias de la prensa, la radio, la televisión y los portales de información de Internet? ¿Cree usted en el hombre de los sueños?
Magis Iglesias, presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), está convencida de que episodios como los tres citados, ocurridos en menos de un mes, «nos muestran hacia dónde vamos en el mundo de la comunicación, que no en el de la información». El futuro que esta periodista vislumbra es uno en el cual va a ser más necesario que nunca el profesional que separe el grano de la paja, que no se conforme con repetir lo que le transmitan otros para llenar espacio y tiempo. «Si el periodista es el cedazo y diferencia para su público lo que es real de lo que no lo es, sobrevivirá. Si se limita a hacer propaganda y hacerse eco de supuestas noticias sin ir más allá, desaparecerá de la faz de la Tierra».
El meteorito letón fue un montaje publicitario de Tele2, una empresa de telefonía. El lunes, muchos portales de noticias de Internet contaban que una roca había abierto la noche anterior un cráter de 20 metros de diámetro y 10 de profundidad a las afueras de la ciudad de Mazsalaca. No sólo había fotos a la luz del día, sino también un vídeo nocturno del cráter ardiente. Los despachos de agencia se completaban con declaraciones de astrónomos sobre la composición del metorito y la trascendencia del suceso. Cuando horas después se reveló el fraude, quedó claro que los periodistas pueden ser engañados, pero también los expertos, que el juicio de un sabio no garantiza la veracidad de una noticia.

Noticias publicitarias
El portal español Terra Noticias, propiedad de Telefónica, hizo a finales de septiembre y principios de octubre algo parecido al montaje de la operadora letona. Publicó una serie de falsas informaciones sobre visiones de platillos volantes en Galicia, que incluían varios vídeos. En uno de ellos, un ovni se sumergía en el mar cerca de un pesquero y, desde un helicóptero sin identificar, se conminaba a la tripulación del barco a poner rumbo a puerto. Después de que los más fervientes miembros de la comunidad ufológica publicaran sesudos análisis en los que concluían que las imágenes eran auténticas, Terra Noticias admitió el 5 de octubre que todo había sido un montaje hecho, según ellos, en «homenaje a (Orson) Welles» y su recreación radiofónica de La guerra de los mundos.
Los casos letón y español se aprovechan de huecos legislativos, según José Luis León, catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad del País Vasco. «Es un terreno alegal. Hace falta nueva legislación en materia de publicidad». El objetivo sería acabar con los montajes que persiguen engañar a los periodistas para conseguir publicidad gratuita. «Desde un punto de vista ético, la publicidad no tiene que provocar confusión sobre la verdadera fuente del mensaje», indica León. Debe quedar siempre claro qué es publicidad y qué información.
«A fin de no inducir a error o confusión de los usuarios, el periodista está obligado a realizar una distinción formal y rigurosa entre la información y la publicidad», establece el código deontológico de la FAPE. Los avistamiento de ovnis gallegos violan esa máxima: se presentaron como noticias protagonizadas por gente con nombres y apellidos. ¿Cómo diferenciarán ahora los lectores de Terra Noticias lo real de lo irreal? Y, lo que es más importante, ¿cuál será el próximo montaje en el que caerán los medios? Porque el hombre de los sueños parece ser obra de Andrea Natella, un sociólogo italiano especializado en mercadotecnia. Al menos, a su nombre está registrada la web dedicada al fenómeno.

Círculos de ron
Extraños círculos de grandes dimensiones aparecieron de la noche a la mañana en junio del año pasado a las afueras de Bilbao, Madrid, Barcelona y Málaga. Inscrito en cada uno de ellos, un mismo símbolo. Los medios se enteraron de la existencia de los dibujos a través de mensajes de correo electrónico de supuestos lectores que mandaban espectaculares fotos aéreas. Diarios nacionales y regionales informaron del fenómeno, y los estudiosos de lo extraño montaron excursiones para examinar los pictogramas. Lo más extraño era que se repitiera el mismo motivo en todos los casos, algo que no pasa en los tradicionales círculos de los cultivos británicos, todos ellos obra de bromistas o artistas.
Mientras los ufólogos exploraban y medían las formaciones, un lector de Magonia resolvió el enigma al dar con el mismo dibujo en cuencos negros de plástico que se estaban repartiendo en algunas discotecas españolas. El símbolo correspondía a una nueva marca de ron que Bacardi iba a sacar al mercado. Al día siguiente de publicarse en esta web que los círculos misteriosos eran parte de una campaña publicitaria, la firma de licores reconoció el montaje.