«Tomen nota los chicos de la LOGSE. A ellos no les han explicado quiénes fueron Pirrón y Diderot, pero seguro que les han contado lo de la Luna y, los pobres, se lo han creído. Yo soy de otro plan de estudios», escribió ayer Fernando Sánchez Dragó en El Mundo, en un artículo de opinión en el que defiende que el alunizaje del Apollo 11 fue una farsa. Si ésa es la vara de medir la calidad de la enseñanza en España, estamos ante la viva demostración de que hubo un tiempo en el que el sistema educativo era todavía peor que en la actualidad porque no sólo llevaba a sus víctimas a considerar irreal algo probado hasta el hastío, sino que además hacía que se creyeran inteligentes en su estupidez y alardearan de ello. «El paripé del alunizaje me pilló en Italia», dice el escritor. Sapientísimo Sánchez Drago, presente una prueba, una sola, que demuestre que los alunizajes fueron un montaje. Si no, cállese, que parece el abuelo Cebolleta.
Nota publicada en Magonia el 21 de julio de 2009.