Los misteriosos círculos del cereal aparecidos a principios de junio en Bilbao -en el monte Banderas-, Madrid y Barcelona forman parte de una campaña publicitaria del ron Seven Tiki, marca propiedad de Bacardi. En cuanto tuve conocimiento del pictograma bibaíno, hace casi un mes gracias a un mensaje de correo y unas fotos de Goiatz Nuñez, lector de Magonia, sospeché que se trataba de un reclamo publicitario. No me pregunten por qué. Fue intuición: hace años que la publicidad emplea pictogramas en el campo en otros países y alguna vez tenía que llegar esta modalidad de anuncios a España.
Al día siguiente de enterarme del fenómeno, Deia habló del «enigma del Banderas»; veinticuatro horas después, Metro hacía lo propio; y, hace una semana, La Vanguardia informaba del hallazgo de un círculo similar en Vacarisses (Barcelona). Europa Press mandó ayer un largo despacho sobre el asunto, en el que decía que «una serie de símbolos parecidos a los que aparecen en la película de extraterrestres Señales han aparecido con menos de una semana de diferencia en distintos campos agrícolas de Madrid, Bilbao, Málaga y Barcelona». Hoy publican la historia Abc, Periodista Digital, 20 Minutos, Deia -otra vez-, La Vanguardia -otra vez-, El Faro… En Bacardi tiene que estar felices con tanta publicidad gratuita.
Poco después de tener la primera noticia, supe, gracias a otra lectora de Magonia, que habían aparecido círculos similares a las afueras de Madrid y Barcelona. Era evidente que se trataba de una campaña publicitaria, pero ¿de qué? Hace unos días, recibimos en El Correo varias fotos aéreas de la formacion bilbaína junto a un mensaje que nos conminaba a publicar la noticia, como había hecho el gratutito madrileño. Nos resistimos, por eso de no hacer el papel de tontos útiles y que alguien se aprovechara de nosotros para hacerse publicidad gratis. Y yo empecé a preguntar a amigos si el dibujo les sonaba al logotipo de algo. Entre tanto, la historia llegó a una de las páginas de referencia de los fanáticos de los círculos, y un tercer lector de este blog -usa el pseudónimo de Mel Gibson- fotografiaba a los fabricantes del pictograma bilbaíno mientras lo retocaban.
Sólo faltaba dar con la prueba definitiva. Lo hizo el escéptico Eduardo Martínez cuando cenaba en familia el sábado: se topó en la mesa con varios cuencos negros de plástico con el símbolo del monte Banderas y las palabras Seven Tiki. Tocado y hundido.
Lo que más me agrada de esta historia es que vuelve a demostrar que gente interesada en averiguar la verdad, en no dejarse llevar por explicaciones sobrenaturales, puede acabar dando con la causa de un fenómeno para otros enigmático. Porque aquí han colaborado un montón de personas: desde quien mandó las primeras fotos hasta quien identificó el logotipo. A todos, muchas gracias. ¿Se imaginan lo que un grupo organizado, numeroso y con algunos medios podría hacer en España a la hora de aclarar los misterios presuntamente paranormales con que trafican algunos programas de radio y televisión? A mí me gustaría que ese equipo existiera.
Nota publicada en Magonia el 7 de julio de 2008.