El Gobierno vasco ha exigido esta semana al central por boca de su portavoz y consejera de Cultura, Miren Azkarate, que pida perdón por el bombardeo de Gernika ordenado por el general golpista Francisco Franco y ejecutado por la Legión Cóndor el 27 de abril de 1937 con los trágicos resultados que todos conocemos. Sólo hay dos posibles explicaciones a esta salida de tiesto del Ejecutivo de Juan José Ibarretxe, la ignorancia o la mala fe. Y ninguna de las dos deja en buen lugar al Gobierno autonómico, que, para más inri, considera el bombardeo de la villa foral una acción ejemplarizante contra «el pueblo vasco por su resistencia al fascismo» y reclama a José Luis Rodríguez Zapatero que se disculpe «por todos los crímenes cometidos en nombre de España».
La idea de fondo que transmite el mensaje del tripartito de PNV, EA e IU es que la Guerra Civil fue un conflicto entre España y el País Vasco. Esa mentira lleva décadas repitiéndose en Euskadi desde el nacionalismo gobernante con la esperanza de que acabe calando en la ciudadanía como la lluvia fina que por aquí llamamos sirimiri. Por desgracia para quienes necesitan culpar de todo lo presente, pasado y futuro a Madrid, la de 1936 fue una guerra entre españoles, en la que hubo gente que se inclinó por uno u otro bando independientemente de su lugar de origen. Así, en las trincheras, pelearon vascos leales a la República con vascos fascistas. Porque hubo vascos que lucharon por Franco y a los que éste recompensó tras la guerra, no lo olviden.
Pero es que, además, como recordaba ayer el historiador Antonio Rivera en un magnífico artículo de opinión publicado en El Correo, «cuando los aviones alemanes de la Luftwaffe, en abril de 1937, lanzaban sus bombas sobre Gernika, el Gobierno español legítimo lo presidía el socialista Largo Caballero e incluía entre sus ministros a cuatro anarquistas, a dos comunistas vascos -Uribe y Hernández, uno de Sestao y el otro criado desde niño en Bilbao- y a un nacionalista vasco, Manuel de Irujo, quien siguió siéndolo después de que en mayo Juan Negrín sustituyera a aquél». A ver si lo entienden en Ajuria Enea de una vez: el Gobierno español no bombardeó Gernika en 1937; estaba haciendo frente al fascismo. Por eso, que el Ejecutivo de Ibarretxe exija al central, heredero de aquél de la República, que pida perdón por la barbarie de Gernika está fuera de lugar y me avergüenza como vasco y español. Demuestra que mis gobernantes más próximos o son unos ignorantes o actúan de mala fe.
España no bombardeó Gernika, se ponga como se ponga Miren Azkarate, y quien diga lo contrario miente.
Nota publicada en Magonia el 28 de abril de 2007.