
1. Los terroristas carecían de la preparación necesaria para pilotar aviones comerciales y hacer lo que hicieron. Los secuestradores de los cuatro aparatos no tuvieron que realizar las maniobras más complicadas: el despegue y el aterrizaje. Los cuatro terroristas pilotos contaban con las horas de vuelo necesarias para llevar un avión de varios motores y habían hecho prácticas en simuladores de grandes aparatos. Su baja pericia a los mandos se reflejó en los bandazos que daban las aeronaves secuestradas, pero sus objetivos eran lo suficientemente grandes y visibles desde larga distancia como para que su misión fuera relativamente sencilla. «No era algo difícil», asegura Bryan Marsh, veterano instructor de la Escuela de Vuelo de Pilotos de Líneas Aéreas, en Debunking 9/11 myths.
2. El avión que chocó contra la Torre Sur del World Trade Center (WTC) llevaba adosada al fuselaje una bomba, un misil o un sistema de guía por control remoto. Los conspiranoicos aseguran que en algunas fotos y un vídeo del aparato que chocó contra la Torre Sur se ve en su panza, cerca del arranque del ala derecha, una especie de vaína que, al estar adosada al aparato y haber éste despegado sin problemas, demostraría que los atentados fueron planeados en Washington. Los peritos que han examinado esas imágenes no han encontrado ninguna prueba de algo extraño acoplado al fuselaje: se trata de un efecto óptico. Tampoco vieron nada los miles de personas que presenciaron el choque desde abajo en las calles de los alrededores. Además, los expertos puntualizan que armar una aeronave de pasajeros no es algo que pueda hacerse de la noche a la mañana. Según Fred E.C. Culick, profesor de aeronáutica del Instituto de Tecnología de California, adosar armas a un avión de línea exigiría un gran trabajo de cableado, corte y soldadura de metal. «No es como meter una maleta más en el coche», dice.

4. Los incendios declarados en las torres tras los impactos no pudieron fundir el acero. Ni falta que hizo. Los 37.000 litros de combustible de cada uno de los aviones ardieron a entre 1.100º C y 1.200ºC, mientras que para fundir acero se necesitan 1.510º C. Lo que los conspiranoicos ocultan, cuando sostienen que eso demuestra que no fueron los choques los que causaron los daños catastróficos y hablan de demoliciones controladas, es que el acero pierde ya resistencia a sólo 400º C y, si el fuego alcanza los 1.000º C, sólo retiene el 10% de su fortaleza original. Y, en cuanto se empezaron a debilitar las estructuras, ya dañadas por los choques, el colpaso final de los dos rascacielos era algo previsible. El largo fuego incontrolado fue, por su parte, la causa del posterior colapso del edificio 7, que estuvo siete horas en llamas antes de irse abajo.
5. Los agujeros en la fachada del Pentágono son demasiado pequeños para haber sido causados por un avión comercial. Los daños en la fachada del cuartel general estadounidense parecen, realmente, pocos para haber sido producidos por un Boeing 757, pero tiene una fácil explicación: las alas del aparato se destruyeron antes de que éste impactara contra el edificio. Por si hubiera dudas, las simulaciones informáticas confirman que la colisión ocurrió así.

7. Las llamadas telefónicas de los pasajeros del Vuelo 93 son falsas porque, a más de 2.500 metros de altura, no podía haber cobertura para los móviles. Otra mentira más. Según la investigación de Popular Mechanichs, ya en 2001 era posible hablar por el móvil desde un avión de pasajeros en pleno vuelo. Diversos expertos confirmaban hace cinco años que la cobertura podría superar los 11.000 metros de altura. Paul Guckian, vicepresidente de la compañía de móviles Qualcomm, creía que la señal puede perderse hacia los 15.000 metros, cuando la altitud máxima que alcanzó el aparato de United Airlines que se estrelló en Shanksville (Pensilvania) fue de unos 12.500.
Naturalmente, siempre habrá quien continúe mintiendo a la opinión pública a cambio de dinero, que es de lo que en el fondo se trata cuando hablamos de falsas conspiraciones como las del 11-S y el 11-M. Pero ésa es otra historia.