Víctimas de la memoria

Imagínese que mañana le acusan de haber abusado sexualmente de un menor. Vale, usted y yo sabemos que no lo ha hecho; pero imagíneselo. Póngase en la piel del otro, aunque lo que dicen que ha hecho le dé asco. Imagínese que la acusación se basa únicamente en el testimonio de la supuesta víctima. Sigamos imaginando. Imagínese que le someten a interrogatorio. Usted sabe que no ha cometido el crimen y al principio lo niega todo. Pero, después de horas y hasta días de duro interrogatorio, se derrumba y admite que lo hizo. Imagínese que le juzgan por ello y, a partir del testimonio de la víctima y de su confesión bajo presión, le condenan a la cárcel. Pasa el tiempo y, después de años en prisión, reabren su caso, revisan las pruebas y resulta que era inocente, que no había cometido el crimen.

Comienzo del reportaje publicado en la revista Muy Interesante (núm. 484, septiembre de 2021).

Nota publicada en Magonia el 1 de septiembre de 2021.


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