Muere a los 93 años Bill Bequette, el periodista que inventó los platillos volantes

Recreación de los objetos que vio usada por Kenneth Arnold en la portada del librito 'Flying sauces as I saw it' (1950).
Recreación de los objetos que vio usada por Kenneth Arnold en la portada del librito ‘Flying sauces as I saw it’ (1950).

Bill Bequette, el periodista que inventó los platillos volantes, murió el 24 de abril en su casa de Kennewick (Washington) a los 93 años, según ha informado la prensa local. Bequette trabajaba en el diario East Oregonian, de Pendleton (Oregon), cuando, el 24 de junio de 1947, Kenneth Arnold protagonizó el avistamiento con el que nació el mito de los platillos volantes y fue el autor del teletipo que difundió la noticia por todo Estados Unidos.

Arnold iba su avioneta de Chehalis a Yakima cuando, a las 15 horas, vio, en las inmediaciones del monte Rainier, nueve objetos extraños que volaban a gran velocidad. Cuando aterrizó en Pendleton, intentó alertar de lo que había visto al FBI, dado que temía que se tratara de algún tipo de ingenio militar soviético, pero la oficina local estaba cerrada, así que acabó en la redacción del East Oregonian. Allí contó lo que había visto a dos periodistas, Nolan Skiff y Bill Bequette. El primero escribió una información apresuradamente, y el segundo la editó y encajó en la portada del periódico del día siguiente.

Los platillos no eran tales

El segundo párrafo del texto de la primera página del East Oregonian del 25 de junio de 1947 comenzaba diciendo: «Él [Arnold] dijo haber visto a las 15 horas de ayer nueve aeronaves con forma de platillo que volaban en formación, muy brillantes -como si fueran de níquel- y volando a inmensa velocidad». Nada más acabar con la información Bequette preparó otra versión para la agencia AP, que empezaba: «Nueve objetos brillantes con forma de platillo volando «a increíble velocidad» a 10.000 pies de altura han sido vistos hoy por Kenneth Arnold, de Boise (Idaho), piloto que ha dicho que no puede aventurarse a decir qué eran». El problema es que los objetos no tenían forma de platillo.
Arnold había dicho a Bequette y Skiff que los objetos que había visto volaban a gran velocidad «erráticos, como un platillo si lo lanzas sobre el agua», y el primero había asumido que tenían forma de platillo, tal como se die en la información del East Oregonian y el teletipo de AP. Pero los platillos no eran tales; tenían en realidad forma de bumerán. Sin embargo, la confusión entre la forma del vuelo y la de los objetos hizo fortuna y los cielos del mundo se llenaron de platillos volantes.

La expresión platillo volante no aparece tal cual en las dos primeras informaciones redactadas por Bequette, pero eso no significa que él no sea, en última instancia, el creador del término. Es el periodista del East Oregonian quien atribuye a los objetos vistos por Arnold la forma que no tienen y usa la palabra platillo para describirlos. Algo que tiene forma de platillo y vuela es un platillo volante, como acabaron llamándose poco después. El periodismo puso la primera piedra del mito ufológico con el bautizo erróneo de los extraños objetos que habían alarmado a un hombre de negocios de Boise.

Un año después, Bequette entró a trabajar en la redacción del Tri-City Herald, diario de Kennewick en el que hasta 1985 formó a jóvenes redactores, escribió editoriales y, entre otras cosas, consiguió que, como los hombres, las mujeres periodistas recibieran un sueldo según sus méritos.

Información publicada en Magonia el 9 de mayo de 2011.


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