Ni el Éxodo ocurrió ni el mar Rojo se abrió para Moisés y los suyos, porque no existieron

Recreación de cómo un fuerte viento del Este pudo abrir las aguas del mar Rojo. Ilustración: Nicolle Rager Fuller.
Recreación de cómo un fuerte viento del Este pudo abrir las aguas del mar Rojo. Ilustración: Nicolle Rager Fuller.

El Éxodo, la huida de los israelitas de Egipto, es un invento de los autores del Antiguo Testamento, al igual que el personaje de Moisés. Por eso, es una estupidez especular sobre cuál fue la causa de que las aguas del mar Rojo se abrieran al paso de la masa de desharrapados liderada de Moisés. Da igual quién lo diga y dónde se haya publicado el estudio de marras. Es como cuando un científico da por buena una curación milagrosa obra de Jesús e intenta determinar el mal del enfermo, como ocurrió hace menos de un mes en el Virology Journal, o como cuando se informa del hallazgo «al 99,9%» del Arca de Noé, como hicieron en abril muchos medios de comunicación.

Hace cinco meses, me preguntaba aquí mismo si informaría la Prensa seria del descubrimiento, con una seguridad del 99,9%, de la cesta de Caperucita Roja, el Anillo Único o la nave en la que el bebé Superman llegó de Krypton. Ayer y hoy, he vuelto a sentir vergüenza ajena al leer en medios españoles y extranjeros que un modelo informático, desarrollado por investigadores del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR) de Estados Unidos y la Universidad de Colorado, demostraría que un viento del este de 100 kilómetros por hora pudo abrir el mar Rojo cerca del Mediterráneo durante un periodo de cuatro horas, dejando el lecho seco en un tramo de 3 ó 4 kilómetros de longitud por 5 de anchura.

«Las simulaciones encajan bastante bien con el relato del Éxodo», ha declarado Carl Drews, coautor del artículo que, titulado «Dynamics of wind setdown at Suez and the Eastern Nile delta» (Dinámica del viento en Suez y el delta oriental del Nilo), se ha publicado en la revista científica PLoS One. Muchos medios han repetido las conclusiones del trabajo y las declaraciones de Carl Drews, científico creyente militante, como loritos sin pararse a pensar en que que una simulación informática encaje con una ficción no convierte esa ficción en realidad. Y, lo que es más gordo, ¡han publicado el disparate en la sección de Ciencia cuando tenía que haber salido en la de Fundamentalismo religioso!

No hay excusas. Aquí se ha columpiado todo el mundo: empezando por PLoS ONE, que ha permitido que un estudio científico incluya referencias a hechos ficticios como si fueran reales; siguiendo por Eurekalert!, el servicio de información de la prestigiosa Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), que ha difundido una demencial nota de prensa en esa línea, titulada «Parting the waters: computer modeling applies physics to Red Sea escape route» (Partiendo las aguas: una simulación informática aplica la física a la huida por el mar Rojo); y los periodistas y medios que se han hecho eco de la historia acríticamente. A todos ellos: ¡felicidades! En su carrera por dar la noticia más sensacional han vendido como Historia una ficción religiosa. ¡A ver qué día nos informan del hallazgo de la cestita de Caperucita!

Nota publicada en Magonia el 22 de septiembre de 2010.


Publicado

en

, , ,

por