
«No es así como yo me eduqué. Tuve una infancia feliz, pero más o menos me enseñaron una cosa sobre religión y una cosa sobre política. Me dijeron: «Esto es lo que crees sobre esto y esto es lo que crees sobre esto otro». No tuve oportunidad de elegir», recuerda el artista en una interesante información de la que me enteré a través de D.J. Grothe, director de programas del Centro para la Investigación (CfI). Con el tiempo, como nos ha pasado a muchos, el Allen adulto y racional se quedó con algo de lo que le enseñaron de niño, pero rechazó gran parte de las creencias que le inculcaron cuando era propenso a creer cualquier cosa, desde el cuento de Adán , Eva y la manzana hasta el del Paraíso musulmán con sus huríes, pasando por las reencarnaciones hinduistas y, ¿por qué no?, el mesianismo extraterrestre.
Si tuviera menores a mi cargo, optaría por la alternativa de Woody Allen: educarles en la libertad y el conocimiento para que, cuando tuvieran capacidad racional de elegir, lo hicieran sin los lastres del adoctrinamiento religioso o político. De ser ésta una corriente mayoritaria, creo que las religiones perderían mucha de la fuerza que tienen, ya que el virus de la fe es oportunista y arraiga mejor cuanto más débil desde el punto de vista racional es su objetivo. ¿Y qué hay más vulnerable que un niño, que un ser humano que todavía es incapaz de pensar por sí mismo en un sentido pleno?
Lo saben bien los mandamases de todos los credos y, por eso, siempre han querido estar presentes en el sistema educativo para moldear las mentes de los pequeños a su gusto cuando todavía carecen de defensas frente al virus de la fe. En España, por desgracia, los sucesivos Gobiernos democráticos -incluidos los autodenominados progresistas- han optado no por crear una sólido sistema educativo público que forme ciudadanos libres, sino por insertar en el existente a los centros religiosos, facilitando a los credos que sigan adoctrinando a las nuevas generaciones muchas veces en principios que van contra la igualdad, la dignidad de las personas y la verdad.