
Creía yo que lo de calificar popularmente el
fenómeno ovni de
enigma número uno de la ciencia moderna había sido en nuestro país un acierto atribuible a
Andreas Faber-Kaiser, quien denominó así la sección ufológica de la revista
Mundo Desconocido (1976-1982). Digo acierto porque como eslogan es muy bueno. Pues resulta que no, que en nuestro país ya usó ese latiguillo nada menos que
Triunfo como antetítulo de un
reportaje sobre los veinte años de platillos volantes en octubre de 1967 (Nº 279) y, en su portada del 15 de febrero de 1969 (Nº 350), para presentar un
reportaje sobre el informe Condon acompañado del
testimonio entusiasta de un Aimé Michel para quien estábamos “en vísperas de un contacto con el pensamiento cósmico”.
Cuarenta años después, seguimos esperando a los extraterrestres, y está
toda la revista Triunfo digitalizada en la Red. No es ninguna tontería. Nos permite acceder a una publicación clave en los años 60 y 70, un símbolo de la resistencia intelectual a la dictadura, y comprobar, además de otras cosas mucho más serias, cómo se veían desde la vanguardia de la época las historias sobre platillos volantes.