
Siempre es de agradecer que una publicación como
Muy Interesante denuncie el fraude esotérico. El número de enero saca a portada el reportaje «Mucho timo y poco misterio», en el cual
Miguel Ángel Sabadell pasa revista a «los diez iconos más populares de las mal llamadas ciencias ocultas». Habla el autor del
incidente de Roswell, el
monstruo del lago Ness, los
círculos en los campos de cereal, las
caras de Bélmez, el
triángulo de las Bermudas, la
sangre de san Genaro, la
maldición de Tutankamon, el
espiritismo moderno, la
sábana santa y los
cirujanos psíquicos. ¿Echan ustedes algo en falta? Yo sí. Me llama la atención que el autor, astrofísico de formación, haya dejado que la
astrología, y la adivinación en general, se vaya de rositas. Ya sé que toda lista es incompleta y nunca del gusto de todos, pero una de fraudes esotéricos sin adivinos cuando basta abrir un periódico o ver un canal de televisión local para comprobar que el suyo es un negocio redondo… ¿Qué hubiera hecho yo? Sacar de la lista la sangre de san Genaro, una de tantas miles de reliquias falsas, para hacer sitio a los estafadores del futuro, a astrólogos y videntes.