
Nada ha sucedido en los últimos treinta años que invalide el dictamen de los autores, para quienes los ovnis no son naves de otros mundos, sino una mezcla de fraudes y confusiones con fenómenos naturales. Menzel y Taves se enfrentaron en su época a una mitología extraterrestre menos delirante que la actual. Entonces, las abducciones eran cosa de locos y nadie se tomaba en serio las historias de platillos volantes accidentados. Y entendieron que el misterio no está ahí fuera, sino en el ser humano. Ernest H. Taves fue uno de los fundadores del subcomité ovni del Comite para la Investigación Científica de las Afirmaciones de lo Paranormal (CSICOP), impulsado por Philip J. Klass y, como dice Robert Sheaffer en Veredicto Ovni (1981), el primer grupo ufológico formado por individuos «no inclinados a creer en la verdad literal de las afirmaciones sobre ovnis». Este colectivo escéptico sigue en activo.