Una fiesta secreta de ‘Expediente X’ en la Casa Blanca

Texto del mensaje de correo de Katharine Button al personal del Ala Oeste avisando de la fiesta de cumpleaños de John Podesta.
Texto del mensaje de correo de Katharine Button al personal del Ala Oeste avisando de la fiesta de cumpleaños de John Podesta.

Katharine Button, asesora política de Hillary Clinton, envió un corto mensaje de correo electrónico al personal del Ala Oeste de la Casa Blanca a las 15.50 horas del 8 de enero de 1999. Bajo el encabezado de Podesta 50th!!!, avisaba de que el salón de Cenas de Estado iba a acoger, aquella tarde, «una fiesta sorpresa por el 50 cumpleaños de John Podesta», jefe de gabinete de Bill Clinton. 84 fotos y un vídeo de aquella celebración se guardan en la Biblioteca Presidencial William J. Clinton, en Little Rock (Arkansas). Nadie puede verlos. Es material secreto, confirmó Dana Simmons, la archivera, el 3 de noviembre de 2010 al ufólogo Grant Cameron, quien había pedido acceder él de acuerdo con la Ley de Libertad de Información (FOIA).

Podesta, que en 2008 formó parte del equipo de transición de Barack Obama y ahora ha regresado a la Casa Blanca como asesor del presidente, fue entre 1998 y 2001 jefe de gabinete de Clinton, de quien antes había sido asistente, secretario de personal y asesor. Abogado de formación y profesor de derecho en la Universidad de Georgetown, se le considera el hombre que salvó el pellejo político al presidente en el caso Lewinsky y también -esto es menos conocido- el líder del grupo de fans de Expediente X en el Ala Oeste. «Algunas personas de la Casa Blanca tienen mesas de café llenas de baratijas de la Casa Blanca. Otros tienen lo que se conoce como mis paredes llenas de cándidas fotos de ellos y el presidente. En mi oficina de la Casa Blanca, tengo una mesita que he convertido en un santuario de Expediente X, con libros, revistas de cine, cederrones, y fotos de David Duchovny y Gillian Anderson», reconocía el 6 de junio de 1998 en un discurso en la Universidad de Knox, el centro donde estudió.

Nunca se perdía las aventuras televisivas de la pareja de agentes del FBI, que entre septiembre de 1993 y mayo de 2002 persiguieron alienígenas, monstruos, y todo tipo de conspiradores los domingos en Fox. «Cuando el espectáculo sobre extraterrestres empieza, me pego a la tele y trato de averiguar a qué agencia del Gobierno llamar para determinar si la historia de la serie es real o no», declaró en su día a US News. Su pasión por Expediente X fue calificada de «fanática devoción» en The Washington Post por Lloyd Grove, quien destacaba que Podesta compartía con Fox Mulder -el personaje interpretado por Duchovny- «la inclinación por la obsesión y la paranoia». «John puede ser totalmente maníaco y fóbico respecto a ciertos temas. Es sabido que ha cogido el teléfono para llamar a la Fuerza Aérea y preguntarles que están haciendo en el Área 51», declaraba en 1998 al diario capitalialino Mike McCurry, secretario de  prensa de la Casa Blanca.

Un ufólogo en el Ala Oeste

John Podesta con Bill Clinton, en un acto en la Universidad de Georgetown en abril de 2009. Foto: Centro para el Progreso de Estados Unidos.
John Podesta con Bill Clinton, en un acto en la Universidad de Georgetown en abril de 2009. Foto: Centro para el Progreso de Estados Unidos.

Interesado por los ovnis, Podesta admite que el Gobierno estadounidense no guarda en el Área 51 nada relacionado con extraterrestres, pero se define como «un curioso escéptico» de la versión oficial. Así se presenta en el prólogo de Ufos: generals, pilots and Government officials go on the record (Ovnis: generales, pilotos y funcionarios del Gobierno hablan abiertamente. 2010), libro en el cual la periodista Leslie Kean vende como inexplicados avistamientos de ovnis resueltos hace décadas. «Es hora de que el Gobierno desclasifique los documentos que tengan más de 25 años y facilite a los científicos datos que les ayuden a determinar la naturaleza real del fenómeno», dijo el nuevo asesor de Obama en 2002 en una rueda de prensa de la Coalición para la Libertad de Información. Tras esta neutra denominación, se oculta una asociación ufológica auspicida por él y que tiene como objetivo «el logro de la credibilidad científica, del Congreso y de los medios para el estudio de los fenómenos aéreos inexplicables mientras se trabaja por la publicación de la información oficial y las pruebas físicas».

El abogado, que fundó y preside el laboratorio de ideas Centro para el Progreso de Estados Unidos (CAP),  cree que hay algo ahí fuera y es muy posible que, de su segundo paso por la Casa Blanca, deje como legado correos electrónicos pidiendo la desclasificación de documentación relacionada con el fenómeno ovni. Ya lo hizo en la era de Clinton. El material de esa época «sobre ovnis, Roswell (Nuevo México), platillos volantes, el Área 51 y el programa de televisión ExpedienteX en los archivos de John Podesta» abarca tres carpetas, «aproximadamente veintisiete páginas», en la Biblioteca Presidencial William J. Clinton bajo el epígrafe 2006-0492-F. «John Podesta era un conocido fan de Expediente X«, dice la ficha, según la cual la documentación consiste en mensajes de correo electrónico, algunos de los cuales incluyen artículos sobre las aventuras de Mulder y Scully. Era tal el entusiasmo del jefe de gabinete por la serie que el presidente se involucró personalmente en la organización de una fiesta muy especial por su 50 cumpleaños.

El 8 de enero de 1999, el reparto de Expediente X cantó el Happy birthday to you en la Casa Blanca en un vídeo que David Duchovny, Gillian Anderson y compañía grabaron por petición de Bill Clinton para agasajar a John Podesta en la celebración de su 50º aniversario. Se cuenta, además, que el presidente y su esposa acudieron aquella tarde al salon de Cenas de Estado disfrazados de Fox Mulder y Dana Scully, aunque nadie ha podido ver las imágenes. Cameron sospecha que la única razón para el secretismo que rodea al material de aquella velada es que las fotos y la película que se grabó puedan afectar a la imagen del matrimonio Clinton. Otros han ido más allá en su interpretación de la vuelta de Podesta al Ala Oeste: la relacionan con el final del encubrimiento sobre las visitas extraterrestres y ven como un signo de esos nuevos tiempos que Obama se haya convertido en el primer presidente estadounidense que ha citado en un acto público el Área 51. Nunca admitirán que los platillos volantes son un mito y, por mucho material que se desclasifique sin que asome un hombrecillo verde entre toneladas de papel, siempre dirán que se oculta el que prueba que nos visitan seres de otros mundos. Quieren creer, como Mulder y Podesta.

Reportaje publicado en Magonia el 23 de diciembre de 2013.


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