El tatarabuelo de Nessie

Los esqueletos de plesiosaurio -en primer plano, uno de ellos- pueden estar en el origen de las leyendas de dragones de Europa central. Foto: Ghedoghedo.
Los esqueletos de plesiosaurio -en primer plano, uno de ellos- pueden estar en el origen de las leyendas de dragones de Europa central. Foto: Ghedoghedo.

Un monstruo vivió en lo que hoy es el lago Ness. Fue hace 1 50 millones de años, y Gerald McSorley, un pensionista escocés de 67 años, ha encontrado las pruebas cuando caminaba por la orilla del lago. «Literalmente, tropecé con el fósil», ha declarado el antiguo chatarrero a la BBC. Bajó la mirada, vio algo extraño en el agua, lo cogió y, una vez limpio, llegó a la conclusión de que se trataba de «un fósil importante». Los expertos del Museo Nacional de Escocia lo han confirmado: son cuatro vértebras de plesiosaurio soldadas.

La bestia cuyos restos ha hallado McSorley es un gigantesco reptil carnívoro marino. De cuello alargado, cabeza pequeña, más de ocho metros de longitud y ocho toneladas de peso, el plesiosaurio nadó en los mares entre hace 200 y 65 millones de años. «Nada de esta naturaleza había sido descubierto antes en las orillas del lago», ha indicado Lyall Anderson, conservador del Museo Nacional. Para el autor del hallazgo, el interés trasciende lo paleontológico. «Siempre he creído en el monstruo del lago Ness y, para mí, esto prueba su existencia», sentencia.

La leyenda de Nessie -cuya imagen popular se asemeja a la de un plesiosaurio- se remonta al siglo VI, cuando san Columba, introductor del cristianismo en la región, invocó a Dios para rescatar a un hombre de las fauces de un monstruo. Sin embargo, la bestia no cruzó las fronteras escocesas hasta los años 30 del siglo XX. De esa época data la más famosa foto del esquivo animal, en la que puede verse, recortado sobre las aguas, un cuello largo terminado en una diminuta cabeza. Hace diez años, Christian Spurling, uno de los implicados en la obtención de la imagen, confesó que lo retratado era una figura moldeada por él y puesta sobre una base de madera. La mejor prueba de la existencia de Nessie se diluía.

Desde entonces, ni las batidas organizadas por los cazadores de monstruos ni las webcams colocadas en la ribera del lago han capturado a Nessie. McSorley cree que sus vértebras demuestran que existe el animal que atrae cada año hasta Escocia a medio millón de turistas que se dejan unos 36 millones de euros. El hallazgo no llega a tanto. Simplemente, constata que un plesiosaurio murió en la región hace 150 millones, pero es que entonces la Tierra era un mundo de gigantes, poblado por hervíboros que pesaban lo que veinte elefantes y depredadores de doce metros de longitud. Además, el lago Ness ni existía. Se formó hace sólo 12.000 años, tras la última Edad del Hielo.

Publicado en el diario El Correo y en Magonia el 18 de julio de 2003.


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